Silvana, un ángel en el camino de los niños con cáncer

La joven es impulsada por su espíritu de servicio y apoyo a la comunidad, valores que aprendió en su hogar y durante su formación académica.

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La joven tiene su pequeño taller en casa, donde arma sus regalos para los niños. / Foto Por Omar Martínez

Por Omar Martínez

2019-10-08 11:24:10

Sentada con una alcancía, entre gorros, pulseras y pequeñas tarjetas para escribir mensajes motivacionales, se encontraba la joven Silvana Alfaro en las afueras del Museo de Arte de El Salvador (Marte), mientras se desarrollaba un concierto. Su meta era vender los artículos para recaudar fondos para beneficiar a niños con cáncer.

A los 14 años, la altruista conoció el Centro Médico Ayúdame a Vivir, donde se brinda tratamiento especializado a estos niños. Fue en ese momento que surgió la idea de ayudar a los pequeños que luchan por la vida y sus sueños. Sin embargo, ese espíritu caritativo despertó en ella desde pequeña en su hogar, mismo que le fue reforzado por la filosofía educativa de la Escuela Americana, que impulsa el servicio a la comunidad entre sus estudiantes.

Gracias a su creatividad y determinación, Silvana ha logrado llevar regalos y felicidad a los niños.

Así nació Creando Esperanza, la iniciativa con la que busca llevar felicidad, salud y deseo de superación a los infantes. Su logo es de color amarillo, que simboliza el cáncer infantil. También incluye un corazón, por su amor a los niños, y un sol, que representa la luz propia con la que brillan ellos.

Con el tiempo, Silvana fue identificando necesidades específicas entre los menores enfermos.

LA FRASE

“Son unos verdaderos guerreros. los admiro mucho y sé que con su determinación y positivismo van a lograr salir adelante”.

Silvana Alfaro,

Inició con creativos “gorritos” llenos de detalles, colores vivos y muy confortables. De igual manera, encontró la forma de convertir viejos “jeans” en carteras para que las niñas guarden sus objetos personales. A Silvana le gustan las manualidades desde que tenía 7 años.

Cuando detectó que a los pacientes se les resecan los labios debido al proceso de quimioterapia, buscó recetas para elaborar “lipsticks” hidratantes con productos naturales que ahora reparte a sus pequeños amigos. Su experiencia colaborando con un laboratorio químico, y la ayuda incondicional de su madre, le facilitaron el proceso.

Con el dinero de la venta de los gorros y otras actividades benéficas en las que se involucra su familia y amigas, donó un futbolito a los niños. Ahora, en fechas importantes como Navidad o el Día de la Amistad, realiza actividades con las que lleva alegría a los pequeños.

Silvana ha coleccionado más de 500 libros de texto para que los niños se entretengan leyendo mientras son atendidos.

Silvana dedica sus horas libres en casa, vacaciones y fines de semana a su iniciativa. Su recompensa es la felicidad y la gratitud de los niños.

“Mi mayor recompensa es la gratitud. Me siento plena. Gracias a Dios soy afortunada porque nadie en mi familia se ha enfermado, y debemos estar agradecidos por ello. Hay niños tan lindos que a pesar de todo siguen adelante y felices, yo aprendo mucho de ellos”, aseguró.

Durante sus horas libres y fines de semana, Silvana busca nuevas formas de ayudar a los niños con cáncer.

En un futuro próximo, desea estudiar psicología o neurociencias, porque reconoce la importancia de la ayuda emocional para que las personas luchen por sus sueños y sus vidas. “Les voy a seguir dedicando tiempo y visitándolos, y pues en el futuro espero tener proyectos de ayuda más grandes para los niños en el tema del cáncer…”, afirmó.

Silvana ya tiene lista una biblioteca móvil, “carritos” con un promedio de 600 libros de lectura infantil, donados por personas altruistas y organizaciones.