Escuchar el llanto de tu mascota, sea cachorro o adulto, puede llegar a ser una verdadera angustia, sobre todo cuando no tienes idea de lo que pudiera sucederles.
Un dato de mucha importancia, de acuerdo con el sitio curiosfera.com, es que tales sollozos no siempre se deben a algún dolor, de hecho pueden significar muchas cosas. De ahí la dificultad de interpretar cuál es la causa.
A continuación te damos algunas razones por las que tu mascota llora, de manera que sepas identificar lo que le está ocurriendo.
1. Por miedo o ansiedad. Una situación nueva o desconocida puede afectar de tal manera a tu perro que lo haga llorar. Esto puede ser un viaje a un nuevo lugar, que lo dejes en casa de tus amigos, las visitas al veterinario, la soledad y los ruidos fuertes.
Al regresar los dueños a casa, sin embargo, las situación vuelve a la normalidad y el llanto cesa.
2. Por una enfermedad. Si además del llanto, tu perro luce triste, llévalo al veterinario. Si en general es una mascota que raramente llora y no ha tenido cambios significativos que alteren su rutina, pero aún así no para de llorar, lo mejor es que contemples la posibilidad de alguna dolencia.
3. Quieren comida o agua. No todos recurren al llanto en esas circunstancias, pero para evitarlo no está demás que les proveas el alimento y el agua necesarios para que no se sienta incómodo.
4. Extrañan a su madre. Esta situación se da sobre todo en los primeros días del cachorrito en la casa, lejos de su mamá y sus hermanitos. El llanto puede presentarse de día o de noche, pues extrañan el calor de su familia perruna. Lo bueno es que esto mejora a medida que se acostumbran a su nuevo entorno.
5. Para llamar tu atención. Sí, leíste bien, los peluditos también tienen sus mañas para hacer que les des atención, comida o para que juegues con ellos, y para eso nada mejor que llantos o sollozos.
Finalmente, si descartas todas las posibilidades anteriores y notas que tu perro llora por todo, debes saber que tienes mucho trabajo por delante. Para ellos no es difícil comprender que existe una conexión directa entre emitir un pequeño gemido y obtener lo que quieren. Y así es como el “llanto” canino puede convertirse en un comportamiento problemático. Lo ideal entonces es que lo adiestres para que deje ese mal hábito.