Las prácticas sexuales se han desarrollado de forma extraña a lo largo de la historia e incluso en algunos casos han ido de la mano con sanciones por incurrir en delitos sexuales.
Pese a que la sociedad considera estas prácticas raras, perversas y hasta enfermizas, hay quienes las encuentran placenteras.
En la actualidad a este tipo de comportamientos extraños e irregulares relacionados al sexo se catalogan como parafilias.
Dicho término hace referencia a la conducta humana que se caracteriza por un acto sexual en el que el placer no se obtiene de la manera convencional, explica un artículo del medio español El Correo.
Aunque el diccionario de la RAE lo define como “desviación sexual”, expertos en el tema consideran las parafilias “dentro del apartado de fetiches y fantasías sexuales que todo ser humano puede tener en algún momento de su vida”, señala en una publicación el periódico mexicano Vanguardia .
Dentro de las parafilias existen una infinidad de prácticas sexuales extrañas, de las cuales se seleccionaron cinco de las más curiosas en el mundo:
1. La abasiofilia
Es la atracción sexual que experimentan ciertos individuos hacia personas con algún tipo de discapacidad física, como puede ser una cojera o la amputación de algún miembro del cuerpo.
2. La coprofilia
Es una clase de fetichismo que consiste en la excitación sexual que producen en algunas personas las heces. Estas obtienen placer de oler, saborear, tocar las heces, e incluso de presenciar el acto de defecar.
3. La misofilia
Es una conducta que está a medio camino entre la parafilia y el fetichismo y que consiste en sentir una gran excitación al oler o entrar en contacto con alguna prenda sucia, en especial si se trata de ropa interior.
4. La agalmatofílica
Esta parafilia consiste en sentir una irrefrenable atracción sexual por las estatuas, maniquíes, muñecas o cualquier otro objeto inanimado que tenga forma humana.
5. La hirsutofilia
Se refiere a la atracción por las personas con una inusual cantidad de vello corporal. Los hisurtofílicos se excitan ante la visión y contacto con hombres “peludos” o mujeres con piernas y axilas sin depilar.