La oxitocina, también conocida como la ‘hormona del amor’ y la “hormona del abrazo”, es liberada en grandes cantidades durante momentos de euforia, el orgasmo, el parto e incluso a través de la leche materna. Esto hace que esté estrechamente relacionada con los patrones afectivos de todos los individuos. Se cree que genera confianza y generosidad y que se libera durante los ‘momentos tiernos’, incluso al abrazarse y durante las relaciones sexuales.
Salvo en casos excepcionales, por naturaleza las mujeres liberan más cantidad de oxitocina que los hombres, de ahí que, en su mayoría, ellas suelen ser más tiernas y amorosas con el entorno y las personas que les rodean. Evidentemente este es un análisis muy generalizado y cada ser humano –ya sea hombre o mujer- reaccionará diferente ante unos estímulos y sentimientos enviados desde el cerebro.
Científicamente está comprobado que los niveles altos de oxitocina influyen en que una relación sentimental sea más intensa y duradera, mientras que los niveles bajos provocan desidia en algunos hombres respecto a su pareja, lo que puede llevar a que estos sean infieles más fácilmente.
Un reciente estudio de la Universidad de Ciencia y Tecnología Electrónica de China descubrió que esa hormona puede hacer que los hombres tengan más probabilidades de querer aventuras pasajeras o relaciones fugaces con mujeres que ya han sido infieles en el pasado.
Según la investigación, la hormona podría influir al momento de buscar una relación o de cortejar; en esa etapa la oxitocina hace que predomine el sexo que los lazos románticos.
“Después de que termina el cortejo y comienza una relación, la hormona hace que se antepongan los vínculos más románticos”, dicen investigadores.
Durante el estudio, a 160 personas heterosexuales (entre hombres y mujeres) se les mostraron fotografía de miembros del sexo opuesto. Los investigadores les dijeron cuáles de esas personas habían sido fieles y quiénes no.
Tras administrarles la hormona oxitocina en forma de aerosol nasal se les pidió que eligieran entre las personas de las imágenes a quiénes les agradaría para tener una relación de larga duración y a quiénes preferirían para una relación informal y poco duradera.
Los resultados fueron sorprendentes. Los investigadores descubrieron que los hombres mostraron más probabilidades de escoger a mujeres que habían sido infieles para una relación de corto tiempo. Por su parte, las mujeres tenían más probabilidades de querer una relación duradera y seria con un hombre fiel.
En el estudio también se determinó que a los hombres que ya tenían cierta preferencia por las relaciones con alguien que ya habían sido infieles en el pasado, se les incrementó exageradamente esa predilección cuando se les administró la hormona.