Estas actitudes devuelven la armonía al hogar

Hogares en todo el mundo están pasando una situación que pone a prueba la vida familiar. Este momento es trascendental y representa una oportunidad única para adquirir nuevos aprendizajes sobre nuestras relaciones sociales.

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Foto EDH / Shutterstock

Por Walu Hernández

2020-03-31 4:07:23

En tiempos de crisis, la rutina cambia y los sentimientos se disparan. Ante este escenario, la familia y el hogar deben convertirse en un verdadero refugio. Pero seamos realistas, hacer que la rutina de todos los miembros de la familia coexista en un mismo lugar por tiempo prolongado resultará ligeramente complicado. ¿Cómo podemos sobrevivir no solo al virus, sino a nuestras familias? Para tratar de resolver esta pregunta recopilamos algunas ideas básicas sobre respeto, convivencia y paz interior.

El estado de ánimo actual, de muchos, es como un polvorín y cualquier tensión en el entorno lo hará estallar. Para evitar esto es primordial saber escuchar y reconocer las necesidades, inquietudes y sentimientos tanto de los padres, como de los hijos o cualquier otro miembro de la familia que viva bajo el mismo techo. Todos los sentimientos son válidos y debemos aprender a canalizarlos de forma adecuada. Ser receptivo a las necesidades de los demás fomenta la confianza.

Promueve una sensación de control. Es válido sentirse afectado por el pánico colectivo, pero necesitamos movernos rápido de ese estado y recobrar el control de nuestras emociones, para reaccionar con celeridad y poder tomar decisiones acertadas ante un escenario adverso. Esperar lo peor, sin que esto haya ocurrido, mina nuestra estabilidad emocional, creando tensión en el ambiente.

Deja de pensar que las cosas suceden por culpa tuya. Cambia la manera de razonar. No te tomes las cosas como un ataque personal, haz una pausa y trata de analizar cuál podría ser la razón de ciertos comportamientos o palabras de los otros. Es probable que haya sido producto de cualquier otra circunstancia y que no se deba a ti. Tomado del filósofo Voltaire, no dejes que lo perfecto sea lo enemigo de lo bueno. No podemos permitir que nuestro yo ideal y perfecto opaque al yo real o de lo contrario no haremos nada esperando que lo perfecto suceda. Esto puede traer frustración, un sentimiento que no necesitamos en momentos de crisis.

Respeta el espacio personal. Es necesario definir desde el principio las cosas que pueden hacer solos y las que pueden hacerse en familia. Es probable que algunas familias estén acostumbradas a ir cada uno por su lado, por lo que pasar tanto tiempo juntos puede resultar complicado. Respeta las habitaciones de los demás o el tiempo que otros miembros de la familia tomen para aislarse y dedicarse a sí mismos. No quiere decir que no harán actividades juntos; a veces puede ser algo tan simple como sentarse a comer todos al mismo tiempo.