Es como un "shot de energía", una descarga de "alto voltaje" para los sentidos más profundos del ser, el canal para redescubrirse y encontrar equilibrio en la inmensidad en un mundo caótico; esas son las analogías perfectas para referirse a la práctica de Dharma.
Esta técnica de yoga, basada en las enseñanzas de Sri Dharma Mittra, gana adeptos cada vez más; de hecho, muchas personas ya la toman como un estilo de vida. En ese grupo, destaca la maestra venezolana Adriana Cabrera, quien la empezó a practicar en el año 2007, permitiéndole descubrir su propia misión en la vida. Y esta última es la que viene a compartir al país, en el marco de la celebración del 15 aniversario de Yogashala El Salvador.
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"Lo que yo siento mi misión en este momento es poder acercar a la gente a su naturaleza, a lo que es esencial en cada uno, a través del cuerpo, de la parte física, a través de la meditación, a través de pláticas, de filosofía; y cuando la gente se acerca a su esencia, de lo que realmente se da cuenta es que su esencia es la felicidad", explicó Adriana, quien guiará, un 'workshop' del 13 al 15 de septiembre, en las instalaciones de Yogashala, ubicadas en el centro Comercial San Benito, Centro 580, Bulevar del Hipódromo, San Salvador.
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Ella inició en el yoga a la edad de 18 años y actualmente lleva 26 practicándolo; fundó un Shala en México en el 2015, llamado Blanco Yoga, uno de los más respetados y reconocidos por formar maestros de yoga. Su conocimiento incluye el estudio de Ashtanga en Francia y Rocket Yoga. Desde su experiencia, expresa que también tiene como misión, el acabar con los mitos de practicar yoga.
"No existe un estereotipo para hacer yoga, cualquier persona puede hacerlo, pues exis- ten todo tipo de asanas o posturas. Lo bonito del Dharma es que también haces pranayama (ejercicios de respiración), que también te conducen a un estado de concentración y bienestar. Mi intención o mi finalidad es que a través de todo esto, es que salgan y que se sientan un poquito más a gusto con ellos mismos, que se sientan un poquito más felices, o que se den cuenta que su naturaleza es la felicidad, y no los pensamientos que están todo el tiempo allí turbándonos", enfatizó.
Esta es la tercera vez que Adriana guía una clase de yoga en el país. Sin embargo, será la primera vez que impartirá una charla sobre la ética del yoga. "Hay mucha charlatanería en este tema del camino espiritual, o del yoga, hay mucha gente que se trata de aprovechar, y esta charla habla de eso, y también habla que a veces es un camino un poco informal, y cómo nosotros, los practicantes hoy en día, podemos formalizarlo, por lo menos a nivel ético. Esto va más allá del tapete de yoga. Puede ayudar a una acción correcta allá afuera, en el día a día, a entender cuál es mi deber, cuál es mi acción correcta en el mundo", argumentó.