Paulina Zamora y la gloria del oro en los Juegos Panamericanos

Su sueño de gimnasia se frustró, pero los cambios en su vida la llevaron a practicar otra disciplina, a luchar por su pasión. La satisfacción llegó con la medalla de Oro que ganó en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, en la rama Fitness Coreográfico.

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Por Nancy Moncada

2020-03-21 4:20:40

Cinco años tenía Paulina Zamora cuando dio sus primeros pasos en el deporte. “Comencé en la gimnasia olímpica a los cinco años”, contó. “A los 10 años de estar practicando gimnasia me rompí los ligamentos cruzados de la rodilla izquierda. Me hicieron cirugía, la recuperación fue de más de un año. Volví a la gimnasia, pero al año de haber vuelto me rompí los ligamentos cruzados de la otra rodilla”.

“Así es que mi carrera como gimnasta ahí tuvo una pausa. Yo tenía aproximadamente 15 años”, recordó.

Mientras estudiaba Artes Plásticas en París, “Nina” descubrió un deporte nuevo: el pole fitness. Esta disciplina acrobática se realiza con una barra vertical y se combina con la danza y la gimnasia. “Es un deporte federado en varios países del mundo y deporte en observación por el Comité Olímpico para entrar en las Olimpiadas”, afirmó. “Y como nunca he sido una persona prejuiciosa, me llamó muchísimo la atención. La gimnasia y trabajar con el cuerpo siempre ha sido lo que me ha apasionado, así que desde el primer momento me volví a encontrar y supe que estaba destinada para eso”.

Tras una década entregada al pole fitness, en 2018 Paulina conoció al presidente de la Federación de Fisicoculturismo de El Salvador. “Al conocer todo mi historial deportivo y todas mis habilidades me dijo que yo tenía la capacidad para competir en los Juegos Panamericanos y específicamente sus palabras fueron: ‘Usted puede hacer historia’”, contó.

Y así fue. Paulina Zamora trajo para El Salvador la medalla de oro de los Juegos Panamericanos Lima 2019, en la rama Fitness Coreográfico.

“Realmente llegar a los Panamericanos para mí fue un sueño frustrado de gimnasta. La vida me volvió a dar otra oportunidad de ir a unos Panamericanos, así que no podía decir que no. Comencé a prepararme. Fue una preparación de un año. De las cosas más duras que he vivido… Así fue”, relató.

Además de sus lesiones, Paulina reconoció que ha enfrentado otros retos: “Desde pequeñita, sacrificios como no tener una infancia común, en el sentido de que no tenía una vida social normal de un niño. No iba a fiestas de cumpleaños porque yo entrenaba al salir de la escuela, de 3:00 de la tarde a 8:00 o 9:00 de la noche, de lunes a sábado. Fueron 10 años de mi vida así. Y los años que estuve viviendo fuera, 10 años, como atleta era muy difícil porque como yo costeaba mis gastos. Tenía que llevar trabajos al lado, de mesera incluso, y al mismo tiempo estar en la universidad y estar entrenando. A veces era bastante drenante, bastante demandante.  Así estuve 10 años: cuatro en París, dos años en Nueva York y un año y medio en Buenos Aires”.

Grandes satisfacciones

Pero todas las pruebas que “Nina” ha pasado la han llevado a su mayor satisfacción: “Ese oro. Ese oro glorioso de los Panamericanos ha sido la cúspide de mi carrera”, dijo con una gran sonrisa.

Paulina aconseja a las mujeres que luchan, que confíen en sí mismas, en sus capacidades: “Que no le tengan miedo a la opinión de las personas. Ese miedo nos aleja de hacer las cosas que nos llevan a descubrir cuál es nuestra verdadera pasión, quiénes somos realmente, a ser genuinas, a ser auténticas. Ese miedo al qué dirán que muchas veces nos aleja también de vivir experiencias que nos pueden llenar de mucho aprendizaje, mucho conocimiento, a enriquecernos como ser humano”.

Una frase que la mueve es de Steve Jobs: “Los puntos solo se pueden conectar viendo hacia atrás”. ¿Por qué? “Me encanta esa frase porque muchas veces en la vida las cosas no están saliendo como nosotros queremos. Y, con el tiempo, cuando vemos para atrás, conectamos los puntos y nos damos cuenta: ‘Esto tenía que pasar para que esto otro pasara; y si esto no hubiera pasado, yo no estaría aquí’”, reflexionó.

Le preguntamos cuál es el tipo de mujer que la inspira. Y contestó: “Libre, auténtica, sin prejuicios y apasionada”.