Fue una alumna sobresaliente, terminó sus estudios universitarios ya siendo esposa y madre. Rosario de Barriere es economista especializada en Comercio Internacional y su destacado desempeño le permitió formar parte de equipos de alto nivel. Ha sido catedrática y ahora impulsa las exportaciones de su empresa familiar: Productos La Canasta.
Durante 15 años trabajó en la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (Camarasal) en el área internacional, desde donde fungió como negociadora de los Tratados de Libre Comercio (TLC) que el país ha establecido con otras naciones.
Tan alta responsabilidad la llevó a estudiar dos postgrados en exportaciones. Ha sido catedrática por 23 años de la Universidad Dr. José Matías Delgado en la materia de Mercado Internacional, asesora de exportaciones de distintas empresas y “soy mentora de mentores, o sea, asesora de asesores, siempre en el área de comercio internacional”, añade.
Todo su conocimiento ahora lo aplica también en la empresa de la familia, Productos La Canasta, que fue fundada por su esposo en 1989. En sus inicios, la empresa se dedicó al comercio de productos básicos como frijol, arroz y azúcar.
Mientras Rosario trabajaba en Camarasal como coordinadora de Comité de Exportadores, recibió la petición de hacer “un producto de exportación”, recuerda. Así nació la línea de refrescos naturales instantáneos y los primeros productos fueron la horchata y la cebadada, ambos creados con los sabores auténticos salvadoreños. “Tenemos calidad (en los productos), la calidad de (los productos en)El Salvador es la misma que la de exportación y eso está basado en las materias primas”, asegura.
Ahora la empresa distribuye en todo el país y exporta variedad de productos étnicos. Por supuesto, las bebidas instantáneas horchata y cebada forman parte del portafolio, además de rosa de jamaica, tamarindo, maracuyá, piña colada, atol shuco, chilate, tiste y pinolillo; y especias como canela, pimienta gorda y relajo, esa combinación que es utilizada para la salsa del pavo.
INFATIGABLE
Sin duda, Rosario es una mujer incansable. “Cuando me jubilé me fui a trabajar para La Canasta. Le pedí trabajo a mi esposo y me dijo que sí”, dice muy sonriente.
Ahora es la encargada del área de exportaciones de la empresa, aunque también se involucra en las compras y otras tareas. Desde ahí le toca enfrentar otros desafíos. “Para una pequeña empresa los retos más difíciles son los financieros”, reflexiona.
Según explica, sus compradores locales y extranjeros siempre quieren crédito, pero a sus proveedores de materias primas casi siempre hay que pagarles al contado y, por supuesto, hay que pagar salarios de los 55 empleados en forma puntual.
Pero gracias a sus habilidades profesionales logra con sus clientes en el exterior pagos por adelantado. “Algunos me mandan el 50 % contra pedido y 50 % contra entrega”, explica.
Para esta mujer polifacética, una de las grandes satisfacciones es haber trabajado en el tema de comercio exterior desde diferentes ámbitos: la Camarasal, desde La Canasta, que ahora exporta a casi todos los estados de Estados Unidos, Italia y España; asesorando a otras empresas en el área de exportaciones y desde la cátedra.
“Me da satisfacción encontrar exalumos que me dicen ‘Lic. siempre me acuerdo de usted’ , porque están aplicando lo que les enseñé en la carrera”, dice orgullosa.