Se cree que la pandemia por coronavirus es el nuevo Grinch que se robó la Navidad, dispuesto a arruinar las celebraciones de este fin de año.
Ciertamente la manera de festejar la Navidad no será la misma, pero hay muchas alternativas para disfrutar esta fecha al 100 %, y por qué no hacerlo desde ahora.
Parece inaudito anticipar la decoración navideña en casa, tal vez una exageración, pero este ha sido un año tan irregular, que ha marcado negativamente a muchas personas, que los expertos en salud mental ven más ventajas que desventajas en revestirse del espíritu navideño mucho antes de diciembre.
Una investigación realizada por un equipo de The Journal of Environmental Psychology reveló que decorar el hogar con motivos navideños tan pronto disminuye la ansiedad y el estrés.
Los trabajos de decoración en casa o en el trabajo se hacen, generalmente, en equipo, con los amigos o en familia. Esto promueve la alegría, la solidaridad y la amabilidad. Es decir, que los beneficios para el estado de ánimo se transmiten a todos los que participan.
De acuerdo al psicoanalista Steve McKeown, la decoración relacionada a esta época provoca efectos positivos a la salud mental.
Tan solo ver las bolas, los listones y las luces multicolores evocan la infancia. “La gente necesita identificarse con las cosas que la hacen feliz y la decoración navideña es simplemente un ancla o un camino a esas emociones”, apunta el experto. Y por si fuera poco, también impacta positivamente en el clima de todo el vecindario.
“La nostalgia ayuda a vincular a las personas con su pasado y a comprender su identidad”, agrega. Además despierta la ilusión en los niños mejorando su estado de ánimo y disipa malos recuerdos.
Medidas para contener los contagios en las celebraciones
Estas son algunas recomendaciones sugeridas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), para celebrar seguros.
– Considera las condiciones locales del virus, así como las del lugar de origen de los asistentes para organizar un encuentro. Si no es seguro, aplázalo.
– En lugar de que cada invitado lleve comida para compartir, los anfitriones pueden pedir a los asistentes que cada uno lleve su propios platillos, también se recomienda reducir los artículos compartidos mediante la utilización de platos desechables y condimentos en porciones individuales.
– Las personas que son casos confirmados o sospechosos de COVID-19 no deberían ser anfitriones o asistir a fiestas; mientras que los que están en riesgo, deberían evitar reuniones presenciales o tratar de mitigar el peligro en esos eventos.
– Por otro lado, hay que mantener las sugerencias de la Organización Mundial para la Salud, que son el lavado de manos por lo menos durante 20 segundos con mucho jabón, aplicación de alcohol gel, uso obligatorio de la mascarilla y distanciamiento físico en todo lugar.
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– El médico especialista en medicina preventiva Salvador Peiró sugiere que las reuniones deberían ser al aire libre, en grupos pequeños, todos deben usar cubrebocas y aplicar el distanciamiento social.
– Las fiestas empresariales podrían no llevarse a cabo para evitar aglomeraciones. Peiró también propone que en las reuniones entre amigos se limite la ingesta de bebidas alcohólicas, ya que podrían relajar demasiado a las personas hasta olvidar las medidas de protección.
– En la medida de lo posible, las compras podrían hacerse en línea y los envíos de regalos a través de servicios de envío, sin olvidar desinfectar los paquetes al recibirlos.
– Para acortar distancias, evitar reuniones o trayectos populosos, se podrán utilizar herramientas tecnológicas que sustituyan encuentros físicos por videollamadas.
– Los abrazos no son convenientes, tendrían que sustituirse por alguna otra muestra de cariño. En caso de abrazar que sea con mascarilla y girando la cara hacia el exterior.
– Hay que prescindir de desplazamientos o renunciar a visitas.
– Las comidas pueden ser más cortas para evitar que muchas personas estén juntas y tener a la mano alcohol gel.