El estilo de las primeras damas demuestra que la moda va de la mano con la política

La moda es una herramienta de comunicación poderosísima. Hacemos un repaso por el estilo de la primera dama Melania Trump y la ex primera dama Michelle Obama para tener una aproximación al simbolismo que guarda su vestimenta.

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Fotos EDH/AFP.

Por Walu Hernández

2020-10-02 2:17:49

La política y la moda se fusionan en una figura de gran importancia dentro del poder ejecutivo; la primera dama. Algunas de ellas han logrado alcanzar el nivel de icono de la moda gracias a su magnífico guardarropas. Podemos mencionar a Jackie Kennedy como una primera dama que trascendió la vida política gracias a su sofisticado gusto a la hora de vestir. La moda intensifica cualquier narrativa. Ayuda a crear una imagen de cómo un político quiere ser percibido. Puede sugerir profesionalismo o juventud, autoridad o subversión.

La carrera por ocupar el Despacho Oval de la Casa Blanca trae consigo una ronda de debates que despierta el interés no solo por los candidatos presidenciales, sino también por las aspirantes a convertirse en primera dama. Las esposas de los presidentes usan su estilo para transmitir un mensaje claro sobre qué tipo de primera damas pretenden ser.

En este contexto examinaremos el vestuario de la primera dama Melania Trump y la ex primera dama Michelle Obama para tener una aproximación al simbolismo que guarda la vestimenta que eligen para su aparición en la ronda de debates presidenciales. La moda también es una herramienta política y el lenguaje visual puede decirnos muchos más que los gestos o palabras.

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Primer debate presidencial

Michelle Obama es conocida por los vestidos sin mangas, los estampados atrevidos y su ojo para el talento de los diseñadores emergentes y multiculturales. Su estilo logra mezclar indumentaria de lujo con otras prendas de marcas comerciales. Michelle ha logrado establecer algunas piezas como sello característico de su guardarropa, los vestidos hasta la rodilla, conjuntos de cárdigan, joyería llamativa y zapatos de tacón clásicos, es cómo nos imaginamos a la ex primera dama al hablar de su forma de vestir.

El entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, junto a su esposa Michelle Obama después del debate presidencial en la Universidad de Denver el 3 de octubre de 2012 en Denver, Colorado. El primero de los cuatro debates para las elecciones de 2012. Foto EDH/AFP.

Durante el primer debate de la campaña presidencial en 2012 Michelle Obama optó por un traje de falda en color azul real, con un toque floral que se asoma en la blusa. El azul es el color al que mejor reaccionan las personas. Representa confianza, sabiduría, inteligencia, poder, tranquilidad, seguridad y neutralidad. Es una opción clásica dentro de la política para proyectar liderazgo. Así lo dicta la psicología del color, que incluye estudios de especialistas y académicos sobre cómo las personas reaccionan ante los distintos colores. El azul tiene una connotación de autoridad, quien lo lleva sabe que tiene una posición de poder.

En los últimos años hemos visto a algunas de las primeras damas del mundo enfundadas en trajes celestes. Esta variación de azul transmite seriedad, desde un rol secundario y puede interpretarse a partir de la idea de acompañar y contribuir desde su posición sin restar autoridad ni competir por quién es el que manda en relación a sus esposos.

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El estilo de Melania Trump

Por su parte Melania Trump asistió al primer debate de la carrera presidencial 2020 en un traje sastre firmado por Dolce & Gabbana, una de las pocas casas de moda que no baja la cabeza cuando se trata de vestir a la actual primera dama de Estados Unidos. Melania combinó su traje de rayas diplomáticas con una camisa blanca de cuello.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump y la primera dama, Melania Trump, al concluir el primer debate presidencial en la Universidad Case Western Reserve, en Cleveland, Ohio. Foto EDH/AFP.

Si hacemos un poco de historia el origen del traje de raya diplomática se remonta a finales del siglo XIX en Londres, donde los bancos de la capital británica empezaron a incorporar modelos de trajes con sutiles rayas como uniforme. De ahí se retoma como uno de los símbolos clásicos de poder.

Melania completó el look con sus característicos tacones de aguja en tono azul marino. Una apuesta de moda que la aleja en gran medida de otros atuendo más vanguardistas que ha llevado en el pasado. La actual primera dama no llevó bolso u otro accesorio, simplemente una rigurosa mascarilla. La falta de complementos es una clara decisión por que su vestuario no acaparara los titulares, como ya sucedió en otras ocasiones, ya sea por su elevado precio o por el mensaje político de algunas de sus prendas.

La critica de moda la considera como la primera dama más atípica de Estados Unidos. Es poseedora de una figura muy estilizada, que se ha visto obligada a restar sensualidad a sus looks apostando por la sobriedad y sofisticación.