¿La vida sexual con la persona que amas perdió el encanto? Tú tienes la solución

Si sospechas que estás perdiendo el interés de compartir con tu pareja, aquí te damos algunas claves del éxito en la intimidad

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La disminución del deseo sexual puede tener múltiples causas. Imagen / Shutterstock

Por Rosemarié Mixco

2019-02-18 11:44:33

Ni te apetece, ni lo disfrutas. La vida sexual con la persona que quieres ha perdido el encanto, pero aún le amas. Sin embargo, tus encuentros íntimos se han transformado en una experiencia árida, en la que la “sequedad” aumenta con la rutina.

Pues déjanos informarte que el único responsable de eso eres tú, porque cada ser humano decide lo que desea y quiere. La clave del éxito en la intimidad es aceptarse y conocerse a sí mismo, tener la audacia de innovar y la capacidad de mantener una excelente comunicación.

Nadie puede alegar que es fácil contrarrestar esa sequía y que todo se arreglará en un abrir y cerrar de ojos. Pero si existe amor y un compromiso real con tu pareja, la crisis se superará más pronto que tarde.

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Primero que todo, la disminución del deseo o interés por el sexo puede tener una diversidad de causas: “… falta de comunicación, aburrimiento, carencia de amor, rutina, infidelidad, trabajo en exceso, etc. Además, existen enfermedades, fármacos o tratamientos médicos, y temores…”, detalla la psicóloga salvadoreña Margarita Mendoza Burgos, especialista en Psiquiatría General, Psicología Médica, Psicología Infantojuvenil y Terapia de Familia de la Universidad Complutense de Madrid.

Lo importante es identificar cuál es tu caso y responderte a ti mismo si quieres seguir adelante. Luego, por supuesto, debes conversarlo con tu pareja.

“Hay que tener presente que nuestra vida sexual es un trabajo compartido y vigilar que la rutina no arrase con la pasión también puede estar entre nuestras prioridades”, afirma Silvia C. Carpallo, autora del libro Sexo para ser feliz, retomada por el sitio efesalud.com en su artículo Sexo y rutina, dos términos sin ‘feeling’.

DESEO O APETITO

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El deseo sexual se describe como una fase del apetito o impulso previo a la excitación producido por la activación de un sistema neural específico del cerebro. “Mientras la excitación y el orgasmo afectan a los órganos genitales, el deseo sexual constituye la fase de estimulación interna, por pensamientos y fantasías, y externas, por ejemplo, la visión de una pareja atractiva, que desencadena la respuesta sexual”, explica la médico de atención primaria María José Tijeras, en el texto La líbido femenino publicado por efesalud.

La especialista agrega que en la actualidad se ha comprobado que “la líbido” se sustenta en todas las fases de la actividad sexual. Asimismo, detalla que este impulso natural depende de cada persona y circunstancia, pero en líneas generales se han identificado tres tipos:

Deseo de descarga de la tensión sexual. Relacionado con la hormona testosterona. Típicamente masculino. Suele inhibirse (reprimirlo) por enfermedad o hastío.

Deseo de ser deseado. Surge de la necesidad de autoafirmación. Está relacionado con los neurotransmisores y las alteraciones de autoestima. Es propio de un perfil más femenino.

Deseo de encuentro mutuo. Cuando existe contacto y sincronía en situaciones de intimidad. Se inhibe por desavenencias y problemas de comunicación.

Además

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La mayoría de estos hábitos son más comunes que lo que imaginas.

Además de estar presente al inicio de la actividad sexual, el deseo está relacionado con otros factores motivadores esenciales: la necesidad de unirse, de abrazar, de amar y ser amado, de sentirse seguro, de sentirse dominado, de realizar una conquista.

Importante es tener claro que ese deseo varía de persona a persona y de hombre a mujer. La respuesta de ellos y ellas es distinta, aunque la vivencia del orgasmo sea similar, enfatiza la doctora Tijeras.

La psicóloga Mendoza Burgos sugiere a las parejas que enfrentan una disminución del deseo sexual buscar una solución juntos, empezando por mejorar la comunicación. Si hay un acuerdo mutuo, puede solicitarse el apoyo de un terapeuta, y si la crisis es consecuencia de una enfermedad o tratamiento médico lo sano es acudir a un especialista y enfrentar la situación en pareja.

Asimismo, afirma que la edad sí influye en el apetito sexual, pero eso no significa que no puedan disfrutar de la intimidad, pues la relación sexual es un aspecto fundamental de la relación amorosa y pilar de la plenitud de la vida en pareja en todas sus etapas.