Ni te apetece, ni lo disfrutas. La vida sexual con la persona que quieres ha perdido el encanto, pero aún le amas. Sin embargo, tus encuentros íntimos se han transformado en una experiencia árida, en la que la “sequedad” aumenta con la rutina.
Pues déjanos informarte que el único responsable de eso eres tú, porque cada ser humano decide lo que desea y quiere. La clave del éxito en la intimidad es aceptarse y conocerse a sí mismo, tener la audacia de innovar y la capacidad de mantener una excelente comunicación.
Nadie puede alegar que es fácil contrarrestar esa sequía y que todo se arreglará en un abrir y cerrar de ojos. Pero si existe amor y un compromiso real con tu pareja, la crisis se superará más pronto que tarde.
Primero que todo, la disminución del deseo o interés por el sexo puede tener una diversidad de causas: “… falta de comunicación, aburrimiento, carencia de amor, rutina, infidelidad, trabajo en exceso, etc. Además, existen enfermedades, fármacos o tratamientos médicos, y temores…”, detalla la psicóloga salvadoreña Margarita Mendoza Burgos, especialista en Psiquiatría General, Psicología Médica, Psicología Infantojuvenil y Terapia de Familia de la Universidad Complutense de Madrid.
Lo importante es identificar cuál es tu caso y responderte a ti mismo si quieres seguir adelante. Luego, por supuesto, debes conversarlo con tu pareja.
“Hay que tener presente que nuestra vida sexual es un trabajo compartido y vigilar que la rutina no arrase con la pasión también puede estar entre nuestras prioridades”, afirma Silvia C. Carpallo, autora del libro Sexo para ser feliz, retomada por el sitio efesalud.com en su artículo Sexo y rutina, dos términos sin ‘feeling’.