Vivimos una época extremadamente atípica. El confinamiento parece haber terminado, la inevitable reapertura sigue su curso y nuestro estado de ánimo continua en un limbo emocional.
Pocas cosas ayudan a mejorar la forma en la que nos enfrentamos a los retos de la “nueva normalidad” y la forma en la que interactuamos con los demás. El vestuario es una de esas herramientas que podemos controlar y a la que tenemos fácil acceso, como nos vestimos tiene consecuencias emocionales. No solo se trata de cómo nos vemos con las prendas, sino cómo nos hacen sentir.
Cuando estas alegre, contenta o entusiasmada, probablemente puedes pasar mucho tiempo probándote ropa y pensando combinaciones. Quizás le dediques más tiempo a peinarte, a experimentar con nuevas prendas o a maquillarte con tonos nuevos. Pero, ¿cómo te vistes cuando estás triste?
Cuando atravesamos episodios de tristeza o depresión elegimos lo más simple y nos cuesta salir de las combinaciones austeras, con negro o café. Una persona sumida en un estado de animo negativo no apela a la creatividad, va directo a lo que sabe que le queda bien. No innova, no combina colores o estampados y por lo general, tampoco usa zapatos más estilizados por cuestión de comodidad. No usa accesorios y descuida todo lo que tiene que ver con la imagen.
También hay personas que, en lugar de abandonar el cuidado de su imagen, aumentan el maquillaje y usan ropa provocativa en forma exagerada. Lo que resulta en una paradoja, porque por dentro no están bien y disfrazarte tampoco va a hacerte sentir mejor.
El secreto es buscar un equilibrio entre lo que nos resulta cómodo y nos hace sentir bien, sin exagerar ni querer ser algo que no somos. La idea es salir al mundo de la mejor manera. La imagen no es todo, pero puede hacernos sentir mejor y más reconfortados. Verse bien y sentirse a gusto con nuestra imagen depende de nosotros, no de otra persona.
Te puede interesar: Las 30 cosas que te hacen parecer mayor.
El color juega un papel clave en nuestras emociones
La psicóloga Angela Wright describe el significado de los colores en su libro “Guía para principiantes de la psicología del color”.
El rojo es un color audaz y poderoso y cuando se trata de la psicología del color, sigue una línea similar. “El rojo es físico, actúa sobre la persona así, físicamente: aumenta el pulso y la presión sanguínea. Crea la impresión de que el tiempo pasa más rápido. Ese estímulo universal se aplica a todos en todo el mundo”, dice Angela.
Wright explica que vestir de color naranja habla sobre la supervivencia secundaria, la comida, la calidez, el refugio, la comodidad, la espontaneidad. Es un color muy sexy, sensual, pero también tiene connotaciones negativas: puede dar a entender que eres descuidada e inmadura, y en general poco reflexiva e irresponsable.
Angela Wright explica que el amarillo tiene que ver con las emociones y el ego, la confianza en sí mismo y la positividad, fomentando el optimismo y el sol, toda esa encantadora energía positiva de la luz solar y la primavera. “Pero, si vistes un amarillo muy brillante, y todo te está saliendo mal. Entonces este color tendrá un efecto diferente sobre ti. En realidad, puede verse afectada la confianza en sí mismo hasta el punto en que crea ansiedad y miedo”.
El verde crea el equilibrio esencial entre la mente, el cuerpo y las emociones. Por lo tanto, es el color más relajante para mirar. No tienes que adaptarte a él, porque es bastante relajado. También es muy tranquilizador porque el mundo que te rodea contiene mucho verde, esto indica la presencia de agua y vegetación saludable y que no vas a morir de hambre, explica la psicóloga, Wright en su libro.
El azul tiende a ser un color más reflexivo, según nos cuenta la profesional. “El azul es el color que activa el pensamiento y la actividad intelectual. Comunica que sabes de lo que estás hablando, sabes lo que estás haciendo y eres eficiente porque has pensado las cosas. Por lo tanto, es el color de autoridad. El azul oscuro tiene una connotación muy autoritaria”, agregó la psicóloga. “Es perfecto para las personas eficientes y consideradas y si añaden un poco de negro para oscurecerlo, agrega seriedad. Todo eso es muy positivo, esta confiabilidad y la eficiencia, pero, si obtienes el azul equivocado, el problema es que se vuelve demasiado burocrático. Sin emociones, sin sentimientos”.
No es una sorpresa que el rosado esté asociado con el amor porque psicológicamente eso es cierto. “Si te vistes de un rosa que te sienta bien de los pies a la cabeza, tal vez tengas ganas de enamorarte. Pero si eliges un rosa que realmente no te favorece, quiere decir que alguien te ha hecho daño y estás muy enfada con esa persona”, dice Angela Wright en su libro. “Si es un buen rosa, te estás enfocando en tu feminidad y la supervivencia de la especie, nutriendo ese tipo de cosas. Un buen tono de rosado es aquel que realza de manera natural tu tez, tus ojos y por lo tanto tu personalidad y lo que expresas de manera corporal”.
También lee: Cómo combinar tu ropa usando solo 4 colores.
Puede parecer que el blanco significa claridad o limpieza, pero en realidad tiene cierta contradicción en la psicología del color, según explica Angela. “El blanco es lo opuesto al negro en la medida en que todos los colores están totalmente reflejados. Así que está levantando barreras de una manera diferente. “No me toques, no te acerques”, eso es lo que estás expresando cuando vistes de blanco. También tiene una fuerte asociación con la limpieza y la higiene”, explica Wright. “Positivamente, es muy puro y virtuoso, y bastante fuerte, pero negativamente, no tiene una emoción particular, además no es un color amigable. Pero si quieres comunicarte con alguien y no quieres evocar ninguna respuesta emocional, hazlo en blanco y negro.”
Al igual que el blanco, el gris puede tener implicaciones algo negativas, especialmente cuando se trata de cómo te sientes inconscientemente. Incluso podría ser la razón de la somnolencia en el lugar de trabajo: “Cuando el entorno es gris, el instinto humano tiende a hibernar, porque el gris es el color de la austeridad. En realidad, es probablemente el color más negativo para adoptar, porque no nos va a hacer sentir mejor llevándolo. De todas maneras, en las oficinas y lugares de trabajo, el gris es muy popular.
“El negro es por mucho el color más popular en la moda. Los diseñadores dicen que es sofisticado, va con todo, y es glamuroso”, afirma Wright. Si bien eso puede ser cierto, la realidad de cómo la ropa negra nos cala psicológicamente es muy diferente. “El negro es absorción total. No refleja nada. Así que te protege de toda la energía que viene hacia ti. Por lo tanto, es un color seguro, no porque se vea bien con todo, sino porque está protegiéndote. Es una capa de seguridad”, explica Angela Wright.