El sexo pareciera que siempre está presente en la vida en pareja. Así lo asumen todos: la sociedad, los amigos, la familia y hasta los mismos compañeros de vida. Todos asumen que si estás en una relación tienes una vida sexual activa, y no siempre es así. Según los sexólogos, en esta cotidianidad también están los “parones sexuales” y, lastimosamente, no se habla sobre ello.
Estos espacios donde hay una “sequía” de encuentros sexuales podría deberse a cosas tan sencillas como una cirugía que necesita reposo por algún tiempo o a momentos más difíciles, como la pérdida de un familiar que hunde a alguien en depresión o el agotamiento mental y físico que puede provocar el trabajo. Evidentemente cada pareja lo vivirá y resolverá de manera distinta.
Te podría interesar: 5 errores que indican que toda la vida has hecho un mal uso del preservativo
Lo difícil de esta situación es que, según la sexóloga Ana Lombardía, es un miembro de la pareja la que, generalmente, se baja del “vehículo del deseo”, no lo dos. Entonces, ese que tiene menos libido tiene una carga de estrés por no complacer a su pareja. El otro puede ser comprensivo, según la especialista, pero “cuando esas circunstancias se prolongan mucho pueden surgir algunas dificultades a la hora de gestionarlo”.
Y es que en este tema hay un punto importante: la constante transformación en los seres humanos. Los cambios siempre llegan y con ellos también llegan las alteraciones y las mudanzas en la sexualidad. El sexólogo español Iván Rotella dijo a la revista S Moda que es importante darse cuenta de estos cambios, porque “las personas no somos máquinas (…) la sexualidad y la erótica evolucionan y se transforman. No somos las mismas personas con 20, que con 50. Intentar vivir en una época como lo hacíamos en otra diferente es un error muy común”.
Entonces, ¿qué soluciones brindan estos expertos si en este momento atraviesas un parón sexual con tu pareja?
Ambos especialistas ven dos puntos clave e importantes en un periodo de sequía: la renovación que puede surgir en la relación a partir de esta interrupción y la reflexión que deben hacer sobre el sexo, usualmente, limitado a lo genital, según Lombardía. Se deben tener otras opciones o exploraciones en torno a lo erótico-romántico. Así que:
No confundas el sexo con la intimidad
Cuando no hay apetito sexual, también existe un rechazo por la intimidad, “por miedo a confundir a la pareja”. Es común que la persona sin deseo no quiera ni siquiera abrazar o besar a su pareja y comienza a construirse una distancia física que luego comienza a ser emocional, y el abismo es más difícil de evitar. Pero Lombardía considera que no todo está perdido.
“Yo suelo proponer que tengan citas, que se acurruquen en el sofá, que se den masajes, que salgan a pasear de la mano… son gestos pequeños que sí suelen apetecer y que son fáciles y muy efectivos. También suelo recomendar que presten mucha atención a los cuidados, pues son una forma de sexualidad: preparar su comida favorita, dejar escoger la película, llevar un café o snack a la cama. Son dinámicas para seguir conectados”, agregó la sexóloga a S Moda.
Lee: Esta es la enfermedad de transmisión sexual que podría causarte ceguera permanente
Sé empático en cualquier circunstancia
Según los expertos, lo importante en todo este proceso es la forma en cómo se enfrenta y la empatía entre los miembros de la pareja para entender lo que siente y vive cada uno. Puede ser que el diagnóstico de una enfermedad grave o un aborto despierte gran empatía, pero no todas las circunstancias serán “bien entendidas”.
Esa acción de ponerse en los zapatos del otro es hablar con sinceridad, compartir las necesidades, incluso cuando se requiera de más espacio y menos encuentros, si no la distancia emocional será muy devastadora.
Volver a la acción no será igual
Vayan despacio y no se exijan demasiado si consideran que las circunstancias han cambiado para mejor. El miedo al reencuentro es –casi- inevitable, pero Lombardía considera que la compasión, la paciencia, la comunicación y el respeto son fundamentales en estos encuentros. “Contarse cómo se están sintiendo, ir con calma y poco a poco suele ayudar. Si pretendemos que inmediatamente vuelva a ser como antes, nos meteremos mucha presión”, subrayó la sexóloga.
Pero puede haber una gran ventaja en esta reconexión: es cierto, no será lo mismo, pero durante ese momento de “parón” se ha cambiado y se puede construir una relación íntima maravillosa y diferente.