La moda también dicta patrones de belleza, y a veces resultan no ser tan saludables. La efervescencia de la depilación brasileña (retirar todo el vello púbico) y la apertura hacia temas antes considerados tabú, dan la posibilidad de abordar tópicos con mucho más profesionalismo.
La depilación genital es uno de esos contenidos que generan mucho debate, sobre todo, entre médicos especialistas y aquellos personajes, un tanto anónimos, que dictan qué debe llevarse y cómo en nuestro cuerpo.
Hoy en día es mucho más frecuente que las mujeres retiren todo el vello de su área genital. No parece nada estético que algún prominente bello salga por la línea del bikini o, para muchas, resulta incómodo un encuentro concupiscente con un exuberante monte de venus. ¿Resultado? Depilación total o parcial del área genital.
Pues hay más malas noticias que buenas en esta tendencia.
De acuerdo con Ramón Grimalt, coordinador del grupo español de tricología de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), cuando una mujer depila o rasura el área debe estar consciente que ahí inician algunos problemas. ¿Por qué? pues Grimalt explicó que cuando el vello brota de nuevo debe romper la piel y “seguir su crecimiento normal. Pero no siempre lo consiguen”.
Cuando el vello no puede ir hacia fuera hace lo contrario: se abre camino hacia la dermis, donde se enquistará y causará una infección. Y esto, según el mismo especialista, sucede con mayor frecuencia “en mujeres de raza hispánica y negra”.
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Pero esa incomodidad no termina ahí. Ese mismo vello podría causar una infección debido “a las bacterias que anidan en el folículo, dando lugar a granos que, en algunos casos, pueden alcanzar asombrosas dimensiones”.
Y tal parece que las opciones para retirar esos vellos dejan el mismo resultado. Rasuradora manual o eléctrica y cera, no cortan, necesariamente de raíz, entonces el vello “tiende a darse la vuelta y clavarse en la piel”, explicó Josefina Royo, subdirectora del Instituto Médico Láser, de España.
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A diferencia de estos métodos, Royo explicó que la depilación láser es la mejor opción. “Como elimina el folículo, el vello no vuelve a salir y, por tanto, no se vuelve a enquistar”, aseveró.
Aunque sea una tendencia que ha marcado generaciones, el especialista Grimalt tiene bastantes argumentos para estar en desacuerdo.
“La moda de eliminar radicalmente todo el vello me parece absurda. Esos pelos mantienen a raya las heridas, los golpes genitales y las infecciones durante las relaciones sexuales, actuando de barrera ante las diminutas heridas que se pueden producir en la zona por la fricción del acto. Si se usa de forma adecuada el preservativo y mantiene el pelo genital sin rasurar, el riesgo de contagio es casi cero. De hecho, la depilación integral ha aumentado de forma espectacular los condilomas [verrugas] genitales causados por el virus del papiloma humano (HPV)”, expresó el experto al rotativo El País.
Lo recomendable es dejar el vello del área genital, pero si te cuesta lidiar con esos gruesos vellos y continúas firme en la idea de extraerlos, los doctores señalan cuatro puntos importantes: exfoliar la zona genital con un producto suave, si se va a utilizar rastrillo hacerlo hacia abajo y lateralmente, secar la zona depilada con toalla limpia y aplicar crema hidratante, sin excederse.