Pareja salvadoreña destaca en Washington D.C. con su restaurante de barbacoa artesanal

Conoce la historia de laboriosidad de los esposos Debby Portillo y Fernando González. La revista Eater DC, The Washington Post y el sitio Thrillist son algunos de los medios especializados en gastronomía que han seleccionado su restaurante “2Fifty Texas BBQ” como el mejor en su tipo, en el área metropolitana de Washington D.C.

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Fotos cortesía 2Fifty Texas BBQ.

Por Walu Hernández

2020-12-16 5:30:21

Navegamos por un tiempo incierto, pero historias como la de Debby Portillo y Fernando González nos ayudan a recargar la inspiración y la esperanza para seguir empujando nuestros sueños. Esta pareja de salvadoreños migró de forma legal a Estados Unidos con el propósito de crear su propia empresa. Diferentes decisiones los llevaron a asentarse en Riverdale Park, un pueblo ubicado en el condado de Prince George, en el área metropolitana de Washington D.C.

Portillo y González están casados desde hace 14 años. Juntos empacaron sus sueños y los llevaron hasta la gran nación del norte, lugar que los ha visto prosperar con “2Fifty Texas BBQ”, un restaurante especializado en barbacoa artesanal. La barbacoa no es solo una cuestión de fuego, sino una mezcla de humo y de tiempo. Es toda una cultura completa, al menos en Estados Unidos.

Sus planes se vieron afectados por la pandemia, pero el ingenio salvadoreño y su actitud para sortear los problemas los hizo arrancar operaciones en medio de la crisis de salud que aún afecta al mundo. Su esfuerzo y atrevimiento se ha visto recompensado y el éxito de su restaurante de barbacoa ha llegado de forma abrumadora.
“2Fifty es estadounidense. Es latinoamericano. Es, sin lugar a dudas, el mejor ahumadero de la zona”, escribió Tim Carman, el galardonado periodista gastronómico del The Washington Post, en su ranking anual de los mejores restaurantes de barbacoa en el área de Washington D.C. Listado encabezado por 2Fifty.

Conoce qué motiva a Debby y Fernando, y cuál es la filosofía detrás de su restaurante de barbacoa en la capital estadounidense.

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El restaurante está ubicado en el número 4700 de Riverdale Road, en Riverdale Park, Maryland. Foto EDH/Cortesia 2Fifty Texas BBQ.

Así inició

“Todo empezó con nuestro estudio de mercado. Ese documento nos reveló que si bien hay nicho para los negocios de comida salvadoreña en esta zona, hay bastante competencia. Pero también descubrimos que había otro nicho explotable y esas eran las barbacoas artesanales, algo que fuera 100% con madera y con un proceso hecho a mano. La inmensa mayoría de restaurantes de barbacoa en el área utilizan sistemas automatizados con gas, electricidad o diferentes trucos para darle el sabor ahumado a la carne y que jamás se van a comparar con un proceso realizado con leña”, expresó Fernando Gonzales, copropietario de 2Fifty BBQ Texas, en entrevista con El Diario de Hoy. “Desde que estábamos en El Salvador ya veníamos trabajando la idea de una barbacoa artesanal y experimentando con algunos platos y carnes, no a nivel de lo que se acostumbra a usar en Estados Unidos, porque lamentablemente no podíamos acceder a carnes premium o un suministro constante de madera, cosas que son clave en este negocio”, agregó González.

Sobre el proceso y el menú

“Nuestro día empieza desde muy temprano en la madrugada, nos levantamos a encender el fuego con leña para arrancar un proceso de 12 a 14 horas, donde la carne es preparada indirectamente. En una cámara está la carne, en otra el fuego y es el humo, que con la temperatura adecuada, cocina la carne. De eso se trata 2Fifty y en eso hemos basado toda nuestra marca, no se puede dejar el ahumador solo porque se baja el fuego, se acaba la leña. Es un proceso donde el factor humano y el conocimiento del fuego son el elemento estrella”, reveló Debby Portillo.

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“Tenemos una sola clase se salsa porque si tu barbacoa es suficientemente buena no necesitas esconderla bajo 4 diferentes tipos de salsas. Eso es en lo que nosotros creemos”, Fernando González. Foto EDH/Cortesía.

En cuanto al menú, 2Fifty ofrece uno con tres variedades que nunca faltan en una barbacoa norteamericana. “El brisket americano mezclado con Wagyu japonés, una carne con un sabor muy acentuado en la res, pero al mismo tiempo muy marmoleado. Es un privilegio cada vez que cortamos una de esas carnes. Otro de nuestros cortes insignia es el Brisket prime y costilla alta de res. También ofrecemos pavo y pulled pork. Ese es nuestro menú base, pero siempre estamos buscando los cortes que están en tendencia en el mundo de las barbacoas para estar al día con todo lo nuevo”, explicó Fernando.

Para los que no tienen conocimiento en carnes, el brisket es el pecho de la res. Es una de las piezas más duras, ya que, al no tener clavícula, el pecho sostiene aproximadamente el 60% del peso del animal y está formado por un tejido cuyo componente principal es el colágeno, que, al someterlo a un proceso de calor suficiente, se transforma en gelatina. Esto es lo que hace que el brisket pase de ser una pieza tan dura a convertirse en un corte jugoso, suave y exquisito.

El toque salvadoreño

Debby y Fernando afirman que el toque salvadoreño llegó por casualidad a su versión de la barbacoa tejana. “Nunca fue algo que planeáramos”, explicó Debby. “Desde El Salvador veníamos probando la receta de los frijoles con brisket y traerlo a la mesa de los estadounidenses ha sido toda una revolución. Los comensales se preguntan ¿qué son y por qué tienen ese color?, ¿a qué saben? y de repente estábamos en el Washington Post con nuestros frijoles salvadoreños. No era ese el plan pero llegaron a convertirse en nuestro acompañamientos más famoso, es el más popular y el que a la gente más le gusta. El plátano frito también es otro de los complementos que distinguen a nuestro menú y que claramente nos diferencia del resto de barbacoas en el área”, agregó Debby.

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Central Texas BBQ con un toque de acompañamientos tropicales, es lo que ofrece 2Fifty. Foto EDH/Cortesía.

Fernando cree que meter frijoles y plátanos al menú no ha sido la decisión más segura que han tomado. “Sigue siendo un acto innovador pero sobre todo polémico. Es como que un extranjero llegara a El Salvador, pusiera un pupusería y al final la terminan denominando como la mejor, y no solo eso, sino que esa pupusería quita el curtido y la salsa tradicional y le pone su toque extranjero. Es impactante para cualquier local”.

También explicó un poco sobre los otros bocadillos salvadoreños en el menú. “Vivimos rodeados de personas de diferentes culturas, muchos africanos y caribeños han hecho clic con nuestro menú de guarniciones. Es un sentido de realización muy bonito saber que estás conectando con muchas comunidades a través de los frijoles y los plátanos. Para los anglosajones este platillo se sale de su zona de confort y los desbalancea un poco, pero al final están dispuestos a probarlos”, expresó González.

Su experiencia con The Washington Post

“Nos enviaron a un fotógrafo del Washington Post, un poco antes de abrir al público y sabíamos que nos iban a incluir en esta lista, hasta ese momento ya nos sentíamos honrados de ser incluidos”, afirma Portillo. “Pero un día íbamos en carretera y yo recibí una notificación en mi teléfono y era la publicación de esta lista. Me puse a buscarnos y llegué hasta abajo y no encontraba el nombre de 2Fifty, hasta llegar al final y vernos al lado del número 1. Fue una gran sorpresa y no podíamos creerlo”, relató Debby.

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Izquierda: Fernando González, Samuel Portillo y Debby Portillo, propietarios de 2Fifty Texas BBQ. Foto EDH/Cortesía.

Sobre la pandemia

Los esposos Portillo González afirman que ha sido difícil arrancar en medio de esta crisis. “Los proveedores empezaron a llamar para notificar una subida en los precios y escasez en algunos cortes. Fue difícil conseguir carne de calidad. Hubo proveedores varados en las fronteras estatales. Incluso el insumo de madera fue intermitente durante los primeros meses de la pandemia. Pero en esta situación empezó nuestra salvación también, ya que encontramos granjas locales y con altos estándares de calidad que nos suministraron carne, leña y otros productos”, contó Fernando. Por su parte, Debby habló sobre la parte operacional: “tuvimos que abrir o se nos empezaba a acumular la renta. Abrimos sin pompa, sin inauguración. Era el sueño de nuestras vidas y simplemente encendimos la luz y empezamos a cocinar. No hicimos evento, ni nada. Casualmente el primer día llegó uno de los editores de la revista Eater DC, de incógnito. Nos probó, sacó un artículo en la revista y desde ese momento no hemos parado”, aseguró.

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“Todos nuestros proveedores son locales. Cuando uno apoya los negocios locales está creando historias y una apoyo en la comunidad”, Debby Portillo. Foto EDH/Cortesía.

“Es retador operar un negocio en medio de esta pandemia. No era el momento ideal para abrir y aún así hemos recibido el total apoyo de la comunidad. Franquicias grandes con una plataforma económica más robusta tuvieron que cerrar, simplemente no les salían los números. Pero nosotros aquí estamos, una familia salvadoreña empujando su negocio y ofreciendo trabajo a otros estadounidenses. Resulta hasta un poco polémico hacer estas declaraciones porque el estereotipo dicta que nosotros (los extranjeros) venimos a pedir o a quitarles los trabajos y esa parte de nuestra historia ha llamado la atención de muchos”, finalizó Fernando González.