Ana Frank comienza a escribir su famoso diario

En 1942 recibió el diario como regalo de cumpleaños. Ahí dejó sus escalofriantes vivencias

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elsalvador.com

Por Claudio Martínez

2016-06-14 9:24:00

El regalo de cumpleaños no fue una sorpresa. Ana Frank ya lo sabía porque ella y su padre Otto lo habían pactado unos días antes, cuando ambos decidieron que ese libro de autógrafos rojo y blanco a cuadros que veían en el escaparate de una tienda iba a ser el regalo del aniversario número 13 de la niña judía nacida en Amsterdam. Es que un día como hoy, 14 de junio, pero de 1942, Ana Frank comenzaba a escribir allí su famoso diario, exactamente dos días después de haberlo recibido.   

El diario, célebre porque allí la niña narra su experiencia viviendo escondida de los nazis, fue publicado por primera vez bajo el título Het Achterhuis (la casa de atrás) en Ámsterdam, en 1947, y desde entonces ha vendido más de 30 millones de ejemplares y traducido a más de 50 idiomas. Los manuscritos originales se hallan en la Casa de Ana Frank -ahora convertido en museo- y en el Archivo Documental de la Guerra, ambos en Ámsterdam. 

Su gran sueño era llegar a ser periodista y luego una escritora famosa. Por eso utilizó el libro de autógrafos como diario. Cuando se le acabó el espacio, utilizó dos cuadernos. Es más, cuando decidió que sus diarios debían ser publicados en el futuro, los pasó a 360 hojas finas, quitando y agregando contenido. Muchas de las entradas eran cartas a alguien llamado Kitty, de quien se especula tanto que era un amiga como un personaje imaginario. 

La última entrada del diario fue el 1 de agosto de 1944, tres días antes que Ana y su familia fueran arrestados por las fuerzas nazis. Alguien, nunca se supo quién, los delató. Ana tenía 15 años cuando murió. No fue en la cámara de gas, como la mayoría de los judíos en los campos de concentración, sino de tifus.  

Miep Gies, la alemana que escondía a los Frank, fue quien guardó los papeles con la esperanza de devolvérselos a Ana algún día. Varios años después se los entregó a Otto, único sobreviviente de la familia, quien los publicó para cumplir el sueño de Ana de ser escritora.