¿Tu matrimonio es una prisión? 7 claves para escapar de ella

Con el paso del tiempo, has descubierto que, así como se puede comparar con el paraíso, el matrimonio puede ser sinónimo de una cárcel lúgubre en la que se internan miles y miles de parejas.

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Por Elizabeth González Torres, Familias.com

2016-11-11 1:38:00

En la mayoría de los casos, el matrimonio es un compromiso adquirido por dos personas que se aman, atraen y comprenden mutuamente. Mediante el mismo, la pareja decide compartir su vida, su tiempo y sus propios intereses.

Al aceptar las responsabilidades que devienen del matrimonio, ambos cónyuges someten parte de sus propias voluntades para alcanzar el sano desarrollo de su relación.

De la misma manera, el matrimonio es considerado como un estilo de vida que, en la actualidad, muy pocos están dispuestos a sobrellevar. Debido a los millones de fracasos que se dan día con día alrededor del mundo, es que muchas parejas prefieren evitar la enorme desilusión de enfrentar un divorcio.

Sin embargo, también existe otro grupo de parejas que, de manera sorprendente, todavía apuestan por esta maravillosa y, al mismo tiempo, compleja forma de vida llamada: matrimonio.


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Con sus momentos buenos y no tan buenos, con sus desavenencias y coincidencias, con sus limitaciones y libertades, el punto es que, miles de personas, aún ahora, se arriesgan a vivir dicha aventura.

Seguramente, tú —mí estimada lectora— has llegado hasta este artículo porque, para bien o para mal, has experimentado ya lo que es estar casada. Quizás, con el paso del tiempo, has descubierto que, así como se puede comparar con el paraíso, el matrimonio puede ser sinónimo de una cárcel lúgubre en la que se internan miles y miles de parejas.

No obstante, si esto último no es lo que deseas para tu relación, pero presientes que está sucediendo, te comparto 7 señales que te ayudaran a detectar si tu matrimonio se ha convertido en una prisión (y como salir de ella). 

1. Te sientes tensa cuando estás con tu pareja 

Una de las primeras señales de que tu matrimonio se ha vuelto un encierro para ambos es, precisamente, el sentir tensiones negativas en presencia de él. Si más allá de disfrutar los momentos que pasan juntos, los padecen, te invito a que reflexiones e intentes regresar a esas salidas y charlas que antes solían gozar. 


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2. Discuten ante la más mínima diferencia 

Si bien es cierto que las discusiones forman parte de toda relación, también lo es que, las discusiones constantes, son el principal síntoma de que el matrimonio está encarcelando a los cónyuges. Por tanto, procura reencontrarte con esa paciencia y tolerancia que tanto requiere tu relación y tu pareja. Plantéate la meta de que no contenderás más con tu esposo, por detalles y aspectos sin importancia. 

3. Te sientes libre cuando no estás con él 

Si al salir al trabajo, escuela, supermercado, gimnasio y demás te sientes libre del encierro, en el que se ha convertido tu matrimonio, te recomiendo que analices desde hace cuánto y las razones que te hacen sentir así. Si el estar con tu esposo, más que libertad, te genera asfixia y ansiedad, debes ir en busca de del amor que antes los unió. 

4. Se evitan todo el tiempo 

Ahora bien, si el deseo por verse y pasar tiempo juntos se ha acabado y, por el contrario, procuran no coincidir, debes aceptar que ambos, se están encerrando en una situación que si tiene salida. Conversar frente a frente sobre sus problemas e intentar resolverlos juntos, será la mejor fórmula para salir de su propia prisión. 


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5. Se insultan 

Si han llegado al punto en el que solo tienen que decirse palabras ásperas y desagradables, te exhorto a que juntos se establezcan —y si la situación lo permite— la meta de hablarse con cordialidad, como tiempo atrás lo hicieron 

6. Simulan tener una buena relación cuando están frente a sus hijos 

No te equivoques. Intentar sobrellevar la situación por amor a tus hijos, en ningún momento será una solución para sus desafíos. Así es que, por difícil que sea, intenta reconstruir el lazo debilitado que te une a tu pareja y con ayuda de sus hijos, procuren vivir un matrimonio verdaderamente feliz y sin apariencias. 

7. Ya no se comunican entre ustedes 

Finalmente, recuerda que, la falta de comunicación entre ustedes, ha sido, quizás, la principal base sobre la que han construido la prisión de su matrimonio. Así es que ¡conversen! ¡Háblense! ¡Mírense! y confíen otra vez en su relación.