¿Por qué no deberías darle tu celular a tu hijo?

Los dispositivos inteligentes podrían afectar el desarrollo del habla, pensamiento y visual, cuando se utilizan a edad muy temprana, afirman especialistas.

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elsalvador.com

Por Alfredo García

2018-05-02 8:47:57

Intentar mantener bajo control a tus hijos o tratar de que te dejen un momento de paz dándoles un smartphone o una tableta digital tendría graves consecuencias a largo plazo. El uso de estos dispositivos a temprana edad puede afectar su desarrollo en varias áreas.

“Estos aparatos generan una alteración importante en el funcionamiento cerebral. Específicamente en algunos sistemas neuronales que se están formando y desarrollando en los niños”, dice la neuróloga Wendy Sánchez, del Hospital de la mujer.

La especialista describe que parte del interés de un bebé o niño menor de 10 años por un teléfono se debe a que su uso provoca que el cerebro genere dopamina, una sustancia que da la sensación de placer. Esto explica la fascinación que experimentan al jugar con uno de estos aparatos, y a su vez provoca que puedan pasar hasta varias horas al día sin despegarse de uno de ellos.

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“El problema es que el niño no tiene la capacidad de poner un límite de tiempo… Se está encontrando que a nivel cognitivo puede generar que el menor tenga problemas en matemáticas y pueden dejar de aprender palabras importantes”, dice la neuróloga.
A nivel de socialización, aprendizaje de valores como el trabajo en equipo, la empatía y la solidaridad también hay un efecto negativo.
“Un niño al estar enfocado por mucho tiempo en un celular deja de lado la interacción con sus padres y otros niños, esto a su vez puede afectar el habla y el pensamiento”, subrayó.

Por su parte, la presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), Concha Sánchez Pina, reitera que “si el niño está muchas horas en casa jugando con la ‘tableta’ y no en la calle con otros niños, no aprende a relacionarse y puede haber un problema de sociabilización. Con el niño hay que jugar mucho, estimular su cerebro y jugar con él al aire libre, no podemos estar con los móviles y los ordenadores todo el día”.

Pero además de los efectos neurológicos y de socialización también el uso excesivo de estas herramientas tecnológicas tiene otras repercusiones.

Alteran el ciclo de sueño. “En el caso de los niños afecta porque durante ellos duermen se libera la hormona del crecimiento. Además, puede generar alteraciones visuales como la miopía y el astigmatismo”, apunta la doctora Sánchez.

También, un menor que pase demasiadas horas sentado frente a un smartphone tiene más riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes, la hipertensión y problemas cardíacos debido a la falta de actividad física y el sedentarismo.

Con el fin de promover un buen desarrollo psicomotor de los bebés, la Asociación Americana de Pediatría (AAP) recomienda evitar todo lo que se pueda la exposición de los niños de hasta 18 meses a las pantallas. Sí aceptan, o sí consideran que puede haber ese contacto, si se da a través de videollamadas.

Después de los 2 años, y hasta los 5, se debe limitar el uso de los medios a una hora al día, y los contenidos tienen que ser de alta calidad. Los padres tienen que acompañar a los hijos para ayudarlos a entender lo que están viendo, aconseja la AAP.

“La niñez es un periodo vital en la que no solo hay un desarrollo estructural del cerebro y sus conexiones sino que también de la personalidad, desarrollo social. Si estamos alterando el desarrollo con estos dispositivos vamos a tener consecuencias.

Lo ideal es que se busquen otros métodos de entretenimiento y aprendizaje, y se estimule la capacidad intelectual y de interacciones humanas”, finaliza la neuróloga Sánchez.