La Real Academia Española define el término seducir como: “Atraer o persuadir a alguien hasta rendir su voluntad’. Si bien el vocablo suele ser contextualizado para referirse a una relación amorosa, el ser humano puede seducir en todos los ámbitos de su vida: profesional, familiar, académico y fraternal.
Sin embargo, no hay nada más placentero que ese juego entre dos que despierta la complicidad de una relación de pareja.
Si bien en la actualidad los riesgos de ser señalado de acosar a alguien son mayores y han generado una actitud defensiva entre muchas personas, es importante recordar que la seducción es inherente a la naturaleza humana y un ritual clave para la interrelación social.
El escritor estadounidense Robert Greene dedica su libro “El arte de la seducción” ha explorar esta actitud humana que varía de persona a persona, según la personalidad. Aunque su obra se enfoca más en el tema de las relaciones de pareja y la seducción sexual, los tips también pueden ser aplicados a otros ámbitos.
Seducir es un juego que se debe practicar con la mejor disposición y Greene considera que el buen humor nunca debe faltar. Recuerda que la duración de ese proceso es lo más excitante y que cada persona debe reconocer sus aptitudes, antes de crear la estrategia ideal. La paciencia, la sugestión y la audacia son actitudes que todo buen seductor debe poseer.
Asimismo, el autor enfatiza que los rasgos más antiseductores son la avaricia, la vanidad y la vulgaridad. No hables tanto de ti, mejor escucha, observa y analiza al sujeto de tu interés.
Más que piropos y tonos de voz aterciopelados, seducen los detalles, las miradas, las acciones indirectas que exalten el interés. Nunca olvides que el límite entre la seducción y el acoso es el consentimiento. Si la persona que te atrae, te deja claro que no le interesas, lo mejor es desistir.
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