Aunque algunos prefieren el chupete, otros buscan algo más natural: su propio dedo, especialmente el pulgar.
Según el doctor Héctor Mejía, chuparse el dedo es un hábito al que recurren los niños como método para consolarse, están aburridos o tienen sueño. Aunque es un reflejo de los primeros años de vida, esto puede llegar a hacer un problema si se practica por más tiempo.
“Casi siempre el niño deja de chuparse el dedo por si solo. Es común ver niños de 3 años, pero no es algo que lo hagan muy seguido. Encuentran otras maneras de consolarse ”, dice el médico general.
Sin embargo, el médico recomienda que los papás estén atentos, ya que se corre el riesgo de una infección, pues el pequeño puede tener las manos sucias. De igual forma, puede traer deformaciones en los dientes, el paladar o causar daño en los mismos dedos. Es bueno identificar las causas, modificar y hacer uso de remedios caseros.
