¿Sabes lo que le preocupa a tu hijo adolescente?

Muchos problemas “de juventud” son menospreciados por los padres, lo que puede llegar a tener graves consecuencias. La sexualidad, las drogas y los estudios son algunos temas muy importantes en esta etapa.

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elsalvador.com

Por Alfredo García

2018-07-13 6:06:56

Aunque es el tiempo de vivir buenas experiencias que nunca se olvidan, también los adolescentes atraviesan muchas inseguridades, lo que hasta cierto punto es normal.

Contar con el apoyo de su familia a esta edad es trascendental, pues de esto depende la manera en que enfrentarán muchos de los problemas típicos de esta edad.

Sin embargo, muchos adolescentes no encuentran en sus padres un apoyo sino una figura represiva, que no los comprende o que minimizan sus preocupaciones.

Jóvenes salvadoreños siguen desertando de la educación formal

El psicólogo Francisco Hernández trabaja a diario con estudiantes de educación básica. Conoce muy bien el comportamiento de los jóvenes salvadoreños, su contexto y también el de muchos padres de familia.
Basado en su experiencia, este profesional enumera algunos de los problemas que más preocupan y afectan a los adolescentes, y que muchas veces no son tomados en serio por sus progenitores.

DROGAS
En primer lugar el psicólogo destaca el consumo de sustancias lícitas e ilícitas. Una de las razones más comunes por las que un joven se involucra en este hábito es para resolver su necesidad de pertenencia a un grupo.
“Si un niño siente que no pertenece a su familia porque no ve interés de sus padres en él, buscará llenar esa necesidad en grupos de amigos. Lo que pasa es que para ser aceptado en algunos de ellos es requisito consumir drogas, escaparte de la casa, etc., solo así el joven llena su sentido de pertenencia. Los valores de la calle sustituyen los del hogar”, explica Hernández.

En el país, cuatro de cada 10 jóvenes estudiantes consumen alcohol, de acuerdo con datos de la Tercera Encuesta Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas en la Población Escolar, 2016, realizada por la Comisión Nacional Antidrogas (CNA), en conjunto con el Ministerio de Salud (Minsal) y el Ministerio de Educación (Mined).
Los encuestados están entre los 13 y los 17 años de edad.
Las otras drogas más consumidas son el tabaco y la marihuana.

“Un buen porcentaje de estudiantes dijeron que les es fácil conseguir marihuana y cocaína, varios de ellos contestaron que son testigos de que se consumen drogas en los centros educativos o en los alrededores de estas instituciones, que hay intercambio o que las drogas las obtienen de los compañeros”, dijo Andrés Ramírez, comisionado y director ejecutivo de la CNA, en la presentación de estos datos, en mayo pasado.

PRIMEROS AMORES
El noviazgo y el amor es otro de los temas que más ocupan la mente y el comportamiento de un adolescente. Aunque para un padre de familia un “corazón roto” puede ser visto como algo sin importancia, para el menor puede significar algo profundo, visto desde su experiencia de vida.

Foto retomada de Pixabay.com/ Pexels.

En esta etapa se viven el “primer amor” y nuevas sensaciones, como sentirse atraído por alguien.
“El problema es que muchos miran su primer noviazgo como una relación para siempre y ya van pensando en acompañarse”, describe el psicólogo.

SEXO
El noviazgo está relacionado con otro de los temas que más atañen a los adolescentes: la sexualidad. Es una conversación tabú y difícil de hablar en los hogares.

“Traemos un sistema heredado de la comunicación sobre temas sexuales. ‘Mis padres no hablaron conmigo y yo no voy hablar con mis hijos’. La estigmatización del sexo por causa de la religión es una causa. Los niños empiezan su primera relación y la falta de interés de los padres los hace pensar que acompañarse y embarazarse a los 15 años está bien. Cuando los padres no se encargan de proporcionar a sus hijos la información y orientación necesaria, estos se crean una idea del amor o la sexualidad con lo que escuchan en la música, el cine, la televisión y en la calle. Esto crea un alto grado de distorsión en los niños”, enfatiza Hernández.
Según un informe presentado en abril de este año por Julio Robles Ticas, viceministro de Servicios de Salud, del 2016 al 2017, se registró una disminución de 5,711 embarazos de niñas y adolescentes entre las edades de los 10 a 19 años.

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La cifra fue comparada con los resultados que se obtuvieron del estudio “Maternidad y unión en niñas y adolescentes: Consecuencias en la vulneración de sus derechos” en 2014, donde se determinó que 23,507 niñas y adolescentes de 10 a 19 años constituían la tercera parte de los embarazos en el país.

ACOMPAÑAMIENTO ESCOLAR
Por otro lado, el grado de interés que un padre de familia ponga en el desempeño escolar también importa a los adolescentes.
En El Salvador es frecuente que un joven abandone sus estudios cuando llega a noveno grado, una de las causas es la falta de acompañamiento de sus papás.

“A las escuelas no vienen los padres a las entrega de notas, a los llamados de los psicólogos ni de los profesores. Solo vienen cuando al niño se le dice ‘si no viene tu papá no entrás a clase’. Es algo bien grave”, advierte el psicólogo.

“La falta de interés de los padres en el desarrollo académico tiene como primera consecuencia la deserción escolar. Mucho estudiante de noveno no llega a bachillerato. No le encuentran sentido a seguir estudiando porque quieren repetir los patrones de los padres, no estudiar y acompañarse bien jóvenes. La pobreza en El Salvador es un círculo que nos afecta bastante”, destaca.

La deserción escolar de la juventud salvadoreña entre 15 y 19 años ronda el 37.9 %. Esto implica que cuatro de cada 10 jóvenes que están en ese rango de edad han desertado de la escuela, afirma el estudio “¿Y si no termino la escuela?”, desarrollado por la Fundación para la Educación Superior (FES), de la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN) y presentada en diciembre de 2017.

LOGROS NO RECONOCIDOS

Cuando un niño se esfuerza por sacar una buena nota, lo logra pero al presentársela a los papás no recibe ninguna felicitación ni motivación y nace un desinterés.

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Lo mismo ocurre cuando los progenitores no le dan ningún valor al estudio. “Esto genera en los niños un sin sentido, un pensamiento como ‘para qué estudio si a nadie le importa’. Debe haber interés de los padres para generar autoestima sana y motivación”, dice Hernández.

Otros temas mencionados por el profesional que también preocupan a los adolescentes son el bulling y la violencia social.