¿Qué pueden hacer los hombres y mujeres frente al hostigamiento y el acoso?

Tres expertas comparten todo lo que debes saber al respecto. Lo importante es que sepas dónde acaban los límites para no lastimar a otras personas y perpetuar estos tipos de violencia contra la mujer.

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Por Diana Orantes

2018-10-28 10:15:06

Entre el coqueteo y el acoso existe una línea muy delgada, tan fina que puede romperse en cualquier momento.

Al menos cinco de diez mujeres han experimentado acoso en la calle. Las caricias fuera de contexto, una llamada inesperada a tu celular o un mensaje con contenido salido de tono o insinuaciones NO es la manera aceptable de coquetear. Estas acciones provocan incomodidad y molestia en quien las recibe.

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Especialistas ponen fin a este dilema.

En una sociedad ideal ideal bastaría que una mujer hable con la persona que la acosa para decirle que su comportamiento es inapropiado y no desea mantener algún tipo de relación con ella. Pero cuando el hombre no entiende que un NO es NO, existe un serio problema.

La socióloga Catherine Hakim del Instituto para el Estudio de la Sociedad Civil de Inglaterra explica que “el acoso se da cuando el hombre o la mujer no atiende a los mensajes claros de que sus comentarios o comportamientos no son deseados, ni bienvenidos e incluso son insultantes”.

Por otro lado la socióloga chilena María José Guerrero ha observado que alguien que no consiente el coqueteo debería manifestarlo y el otro tendría que detener sus intensiones. “La respuesta puede ser verbal, pero también puede darse en un plano físico, como cuando alguien rechaza un beso”, indica.

En algunos casos las mujeres no demuestran claramente su negativa y esta parece no ser obvia para los hombres. Hay muchas razones como la cultura, educación y hasta la religión.

Por ejemplo, las mujeres en los países occidentales esperan que el hombre pelee por ellas y las cuide valiéndose del poder que tienen o el que ellas mismas les dan al parecer indefensas.

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María José Guerrero comenta que en Latinoamérica parece que a las niñas se les inculca que cuando dicen NO es en realidad un sí. Además la crianza está enfocada en que las mujeres se hagan de rogar, como explica Guerrero “más o menos hacerlos sufrir por tí”.

La revista GQ en su artículo “#NoEsNo: la diferencia entre cortejo y acoso”, publicado por Anjo Nava el 26 de abril del 2016, aborda esta situación con Alfonsina Peñolaza, Maestra en Género, Desarrollo y Globalización por la London School of Economics y Oficial del Programa de Desarrollo Global y Población para la Hewlett Foundation en San Francisco, California.

Desde su punto de vista no hay mayor diferencia entre todas las formas de violencia contra la mujer. “El hostigamiento y el acoso son similares, implican algún de tipo de presión o de intimidación. El sexismo es una forma de discriminación y se considera una forma de violencia”, ha explicado.

Cuando le preguntaron en qué momento el cortejo se convierte en hostigamiento, expresó que existe un concepto clave en las distintas formas de violencia: el consenso.

“Ningún piropo, manoseo o avance sexual no solicitado es bienvenido, sobre todo viniendo de un extraño. Si estás cortejando a una mujer, debes respetar sus decisiones”, agrega.

Debe haber consenso en todo momento de una relación, incluso cuando la otra persona quiere hacer algo sencillo como besar o abrazar. La experta dice que no tiene nada de malo preguntar ¿puedo darte un beso? “No dejes que la violencia se normalice en tu vida. Hay comportamientos que puedes moderar y a la vez sugerir al otro”.

Existen casos en que el hombre quiere hacer cumplidos y Peñolaza recomienda que al inicio mantengas el nivel de tus comentarios algo así como “aptos para niños”. Vale decir “qué bien te ves o qué elegancia”. “Si no estás saliendo con la mujer en cuestión, definitivamente nunca comentes nada sobre su cuerpo, porque no te lo pidió y no te pertenece”, sostiene.

Ante todo Peñolaza insiste en que se respete el consenso. Si la otra persona no quiere salir contigo, bailar en la pista, ayudarte y ser tu pareja, no hay dónde perderse. Un NO es un NO.

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Como recomendación final las expertas incentivan a toda mujer que esté viviendo una situación de acoso a que hable, alce la voz cuánto le incomoda el comportamiento de alguien más para romper patrones, derribar estereotipos y conseguir ser ejemplo para otras mujeres.

¿Qué pueden hacer los hombres para solidarizarse a reducir la práctica del acoso sexual?

Alfonsina Peñolaza hace cuatro llamados concretos (y los citamos literalmente) y acciones prácticas que ayudarán a los caballeros a construir un mundo más equitativo y mejor para todos. Veamos sus recomendaciones:

1-  “Creo que el primer paso es conversar con las mujeres a su alrededor sobre el tema. La gran mayoría de los hombres no tiene idea de los miedos y acosos a los que somos sujetas las mujeres todos los días. Se sorprenderán al saber que todas las mujeres, al menos una vez al día, sentimos miedo de sufrir violencia de género”.

2- “¡Llámense feministas! El caballero del siglo XXI es feminista. Hay un nuevo modelo de masculinidad, y hombres como Ryan Gosling, Ryan Reynolds, el primer ministro de Canadá Justin Trudeau, Jon Hamm, John Legend, Daniel Craig, Eddie Veder, Joseph Gordon Levitt, Ashton Kutcher, el Presidente Obama y muchos otros se asumen como feministas”.

3- “¡No sean cómplices! Si ven algún tipo de violencia en el trabajo, en la calle o en un antro, levanten la voz. Evítense el chiste machista y el comentario sexista sobre la mujer que va pasando. Parece un comportamiento inofensivo, pero al igual que los chistes racistas u homofóbicos, las bromas y comentarios machistas contribuyen a la normalización de la violencia. Ojo: muchas veces esta violencia puede provenir de mujeres. Nosotras también permitimos y perpetuamos la normalización de estos comportamientos. Todos debemos de levantar la voz”.

4- “¡Compartan el poder! Voy a decir algo que probablemente suene poco popular y sentir resistencia al escucharlo es normal. Cuando hablamos de género, cuando hablamos de violencia machista, en realidad estamos hablando de poder. Y desafiar el poder implica un nuevo equilibrio. Los hombres tienen que ceder parte del poder que tienen. Es inevitable, y posiblemente se sienta como que les están quitando algo. La buena noticia es que les conviene. El feminismo implica grandes beneficios para los hombres: mejor distribución de la responsabilidad de proveer económicamente, más tiempo con sus hijos, relaciones más significativas, poder mostrarse sensible y expresar las emociones”.