Cómo saber si tu hijo tiene problemas de visión

Algunos trastornos visuales infantiles pueden pasar inadvertidos, pero un examen ocular exhaustivo permite detectarlos. A continuación te damos unas recomendaciones para determinar cuándo hacerles un chequeo a los más pequeños del hogar.

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Lo recomendable es visitar a un especialista una vez por año, para que haga un chequeo exhaustivo de la visión de tu hijo. Foto EDH/Archivo.

Por David Cañenguez

2018-10-13 1:41:22

Las enfermedades oculares en los niños son difíciles de detectar, ya que ellos no siempre se dan cuenta del problema o no son capaces de explicar adecuadamente los síntomas que presentan.

Los padres deben estar alertas ante señales como los dolores de cabeza y náuseas, estos surgen por el sobreesfuerzo que el niño hace para corregir su vista borrosa.

Si tu hijo se cubre un ojo para leer o ver televisión, lo hace porque no puede ver adecuadamente con este, y cubrirse uno de los dos ojos le permite ver bien con el otro, sin que la mala visión le interfiera.

Además, si el pequeño acerca demasiado los libros para leer o para ver figuras, se tropieza con objetos o se le resbalan de las manos; se frota los ojos con frecuencia, le molesta la luz solar o le cuesta adaptarse a la poca luz, podrían ser señales que necesita un tratamiento visual cuanto antes.

Sin embargo, es importante recordar que cada niño es diferente, por eso es importante la visita al oftalmólogo y que sea él quien indique la existencia de un problema en la vista de tu pequeño.

Para cada edad hay diferentes métodos de medición de la agudeza visual, la cual es determinada mediante pruebas especiales, incluso en recién nacidos.

Es por eso que la Academia Americana de Oftalmología (AAO) recomienda a los padres realizar una evaluación al recién nacido para detectar infecciones, cataratas u otras anomalías, antes de dejar el hospital.

Se aconseja realizar un segundo chequeo cuando el bebé tenga seis meses para que el especialista verifique el desarrollo de la visión y la alineación de los ojos.

Entre 1 y 2 años, se debe hacer un examen más detallado para detectar posibles enfermedades o distorsiones visuales.

De los 5 años en adelante, se revisa la visión de cada ojo por separado, como mínimo una vez al año, si durante los exámenes oftalmológicos se detecta una anomalía, el especialista te dirá cuál será el tratamiento que tu hijo necesita.

Otras recomendaciones

-Si el oftalmólogo te dice que tu hijo necesita usar lentes, llévalo contigo al momento de elegirlos, al fin y al cabo será él quien los use y entre más le gusten, más feliz los usará y no se convertirá en una experiencia incómoda.

-Que sea tu hijo quien decida el color y el modelo, siempre y cuando cumpla con las especificaciones que recetó el especialista.

-Por la actividades físicas que realizan los niños es mejor que las gafas sean cómodas y lo menos rígidas posibles, para que no le moleste llevarlas. Tanto varillas como terminales deben ser flexibles y ajustables.

-Un problema que puede surgir es que los niños no sepan cómo limpiarlos adecuadamente y como consecuencia resultarán rayados. Enséñale que siempre debe andar una estuchera con su respectiva franela y la forma correcta de limpiarlos.

-Los lentes deben tener el tamaño apropiado para la cara del niño, así que hay que escoger un modelo que se ajuste a su rostro, que no sean muy pequeños ni muy grandes, pensando en que va a crecer rápidamente.

-No olvides explicarles por qué necesita llevar los lentes a diario, hazlo entender que le ayudará a mejorar su visión.