La gastronomía salvadoreña que ignorabas

Existen platillos que son poco populares, pero forman parte de la tradición en algunas zonas de nuestro país.

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elsalvador.com

Por Stefany Reyes

2016-10-07 8:30:00

Tustacas, totopostes y chicles chalatecos son algunos de los platillos típicos que posee la gastronomía salvadoreña. Si bien puede que te parezcan desconocidos, es probable que a las personas de los lugares que los cocinan les suene como algo cotidiano y delicioso. 
Cada departamento tiene su propia identidad y el arte culinario no es la excepción. Te invitamos a que degustes de las cinco comidas tradicionales salvadoreñas que posiblemente ignorabas.  

Tustacas
Consiste en una especie de tortilla de maíz preparada con manteca, sal y con un exquisito sabor azucarado al centro, que lo da el dulce de panela colocado antes de hornear. Son características del municipio de Chinameca, San Miguel. 
Cuando las pruebes no olvides hacerlo con una taza de café caliente.

Tamales de elote con chicharrón

A pesar de que los tamales son de  los platos típicos más populares de El Salvador, muchos no saben que en el departamento de Morazán se puede probar una variedad de tamales de elote con chicharrón, azúcar, manteca de cerdo y sal. 
Los tamales de elote con chicharrón llevan la misma preparación que los tradicionales, solo que con un sabroso interior de chicharrón molido. 

Rosquetes y Totopostes 
Los totopostes son bocadillos en forma de bolitas, hechos de maíz. Aunque tengan un sabor simple, son parte de los platos representativos de la zona oriental. 
La forma tradicional de comerlos es meterlos en una taza de café caliente, dejarlos reposar por unos minutos hasta que se suavicen y deshagan. Así los puedes disfrutar sin que tu boca sufra.

Chicles chalatecos

No nos referimos a una goma de mascar, sino a semillas de ayote o pepitorias mezcladas con maní. Aunque de alguna manera los salvadoreños hemos visto y saboreado estas semillas, pocos las han probado de esta forma.

Tienen una preparación especial, que consiste en dejarlas una hora en agua con sal, colocarlas al sol por un par de horas más, para que finalmente sean doradas en un comal de barro por 45 minutos.