La cineasta Lily Marroquín le apuesta al cine en El Salvador

Nació en Santa Ana y fundó en Estados Unidos una productora cinematográfica.

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por Evelyn Machuca

2016-04-13 8:00:00

A los ocho años de edad ya tocaba el piano, escribía cuentos, poesía y hasta ofrecía recitales. Ahora tiene 24 años. Según cuenta, haber crecido entre clases de danza, dibujo, pintura y música se lo debe a sus padres; gracias a que ellos siempre se preocuparon por acercarlos e incentivarlos a educarse en arte es que la joven se formó una base cultural tan sólida que la hizo soñar con dedicarse al cine. “Para mí el cine es la mezcla del ritmo, del color, la música, al escritura, es la unión de todas esas artes”.

Hace apenas tres años se marchó a hacer realidad sus sueños y desde entonces vive en Estados Unidos. Allí no solo estudió cine, también conoció a su esposo, Robert Stronger, y juntos fundaron la productora cinematográfica Silent Moon, dedicada a la realización cortometrajes, comerciales, documentales y videos musicales. Entre estas producciones están: A Night at The Movies, Wheels, Callenging Fate y Timeless; esta última está en etapa de pre-producción junto al actor salvadoreño Pablo Castel y de la mano de cineasta salvadoreño ganador de un Óscar, André Guttfreund.

Silent Moon está compitiendo en festivales internacionales, como Palm Springs, Berlinale, Göteborg, Dublín y Cartagena de Indias.

¿A qué edad te fuiste a Estados Unidos? ¿Por qué?

Decidí venir a Los Ángeles para estudiar mi Maestría en Artes y Cine. Luego de haber viajado a Panamá a estudiar talleres de cine y participar en el Festival Casa Comal de Guatemala, mi siguiente parada fue acá porque pienso que esta es la industria más grande del cine. Vine en julio de 2013. El hecho de moverme a un lugar sola, lejos de mi familia, fue difícil al principio, pero siempre me mentalicé que este sacrificio valdría la pena.

¿Desde cuándo supiste que lo que querías hacer en la vida era cine?

Creo que estaba destinada y determinada, desde pequeña. Desde que estaba en el vientre de mi mamá pasaba algo muy curioso: ella no podía dormir porque yo no dejaba de pegarle patadas si ella se acostaba; y ella terminaba cada noche en vela viendo la película de Steven Spielberg “El Color Púrpura”; y hasta entonces yo podía estar tranquila sin patearla. También, a los 4 años, prácticamente forzaba a mi mamá a que me repitiera “La Bella y La Bestia” hasta el punto de memorizarme todos los diálogos, de principio a fin. Siempre quise contar historias y ser parte de las historias.

¿Cómo fue estudiar cine en Nueva York?

Fui la primera salvadoreña estudiando en la New York Film Academy, en Los Ángeles- Universal Studios Campus, y la única mujer del programa de Filmmaking en los años 2013-2015. Las clases eran de las 9 :00 de la mañana hasta las 10:00 de la noche, de lunes a viernes, y los fines de semana grababa mi cortometraje (Callenging Fate) y lo editaba para presentarlo en la clase la siguiente semana. Fue un programa muy intenso. Mis maestros se quedaban sorprendidos con mi trabajo y mi estilo. Algunos de ellos me animaban a conservar ese estilo único y raro y otros simplemente no podían ver más porque se sentían perturbados.

¿Qué opinas de la situación del cine en El Salvador? ¿Cómo ves la posibilidad de hacer cine acá? ¿Hay oportunidades?

Hay posibilidades sólidas y reales de producir en el país. De hecho, estamos planeando con el maestro André Guttfreund, nuestro asesor y mentor, producir más cine. Tengo varios guiones que quiero filmar en El Salvador. En el país existen tantas historias lindas en interesantes que contar y hay mucha gente talentosa que pueden contar estas historias. Creo que a todos nos encante ver reflejada en la pantalla grande nuestra cultura, la forma en que nos expresamos, nuestros bellos paisajes… es una identidad que se tiene que compartir. Por supuesto, se necesitan más fondos, festivales o muestras nacionales de cine, eventos en donde se dé a conocer el trabajo de nuestros cineastas y crear distribución a nivel nacional e internacional. Yo diría que es cuestión de tiempo para que El Salvador sea reconocido y respetado como referente de cine de calidad.

¿Cómo ves El Salvador desde afuera?

Desde adentro es totalmente diferente, porque todo lo que amo de mi país lo veo maravilloso; y es así porque lo viví y lo sentí, pero desde afuera suelo escuchar comentarios como: “Ese país es muy peligroso” o “Tengo miedo de visitar El Salvador”, porque la mayoría de cosas que se saben de El Salvador son negativas y es por eso la urgencia y la necesidad de hacer cine y mostrarle a la gente que en El Salvador también hay paisajes bellos que visitar, los cafetales, las playas, la comida típica tan deliciosa, y que además hay tanta gente honesta y trabajadora. Yo quiero levantar esas voces y mostrarle al mundo que no hay solo cosas negativas.

¿Podrías detallarme cuáles son tus producciones que están compitiendo en los festivales de cine internacional?

Tenemos tres proyectos de Silent Moon Productions compitiendo en la ronda de festivales y se nos ha prohibido revelar cualquier información, porque puede afectarnos en la competencia; incluso nos han prohibido mostrar los cortes, pero en cuanto salgamos del circuito vamos a estar publicando en nuestra página y redes sociales todas las últimas noticias. Ademásd tendremos exhibición de estos proyectos al final de año en El Salvador. Ahora mismo estamos en pre-producción de Timeless, que estamos trabajando con un actor salvadoreño, Pablo Castel, también radicado en Los Angeles. Pablo es muy reconocido en México, trabajó en Televisa e hizo muchas obras de teatro en el Distrito Federal.