Un mundo de fantasía a través de los libros infantiles

Los escritores del género infantil se encargan de nutrir el espíritu del niño, sin embargo, en el ámbito literario son arrinconados. En el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor se reconoce su aporte. 

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elsalvador.com

Por Sara Castro

2016-04-22 10:00:00

Hadas, inmensos bosques, animales que hablan, viajes exprés, noches mágicas, amigos, casas diminutas o encantadas, todo es posible en el mundo de los libros infantiles. Todo. 

Esa explotación por la fantasía es una de las más preciadas herramientas de los escritores de literatura infantil, quienes en el mundo de los “grandes” literatos quedan arrinconados. Los autores salvadoreños de este género también han soportado ese turbulento contexto, siendo ellos parte del “enriquecimiento del alma del niño”.

Para Brenda Guadrón, escritora y coordinadora general de las Academias Sabatinas Experimentales de la Universidad “Dr. José Matías Delgado” (UJMD), el escenario de estos agentes de cultura ha cambiado: “son ellos mismos quienes buscan conseguir patrocinadores o autopublicarse” a falta de editoriales que apoyen su textos destinados al público infantil.

El escritor Mario Rodríguez recordó el esfuerzo que hizo años atrás,  junto a la dramaturga y escritora infantil Jorgelina Cerritos, de agremiar a los escritores infantiles nacionales en el grupo llamado “La Ronda”, que de él solo quedan los buenos recuerdos. 

 Rodríguez, al igual que Roxana Méndez, Alberto Pocasangre, Jorge Galán, Guadalupe Castellanos, Alejandra Labbe de Ábrego, entre otros, han trabajado para que más niños en El Salvador, y otros países, puedan explorar mundos más radiantes a través de sus cuentos o poemas infantiles.

Durante una mañana en un colegio capitalino, Méndez se presentó para conversar con un grupo de niños de tercer grado sobre el peculiar y diminuto mundo de “Clarissa”, uno de los personajes de su más reciente libro infantil: “Clara y Clarissa”. 

Entre preguntas y respuestas la escritora dejó claro que en más de 20 de años de carrera literaria, la poesía y los cuentos infantiles son donde más cómoda se siente. “Escribir para niños es como que no estuviera trabajando (…) todo fluye”, aseveró.

La labor y la dedicación de este grupo de escritores pasa desapercibido sin tomar en cuenta que es desde su creación y su imaginación sin límites donde inicia la formación de un ser humano “integral”.  

“La literatura infantil es la cenicienta de la literatura y la madrastra es la pedagogía. La mayoría de personas tiene la idea de que escribir para niños es sermonearlos. La literatura, en general, tiene como principal interés que la gente se entretenga y se sienta tocada”, reconoció Pocasangre días antes de hoy, cuando se celebra el Día Mundial del Libro y del Derecho del Autor.

Fomenta el hábito de lectura en tus hijos de estas formas:

  • Léeles cuentos antes de dormir

Cuando las tareas de la escuela o las obligaciones en casa hayan concluido, es un buen momento para relajarse. La selección de un cuento antes de ir  a la cama puede contribuir a una mejor distensión en el niño.  

  • Llévalos a librerías

El contacto con espacios donde los libros son protagonistas permite que el niño se sienta atraído. Es aquí donde puede reforzar su personalidad al tener la capacidad de seleccionar la narrativa que más guste.    

  • Obséquiales libros

Los dispositivos electrónicos pueden ser útiles y desarrollar otras capacidades en los niños pero un libro mejora la expresión verbal, aumenta el léxico y su manera de analizar las cosas se refuerza.    

  • Ordénale su mini biblioteca

La desorganización puede estar reñida con la lectura. Por eso los pediatras recuerdan que es importante ayudar a los niños a organizar su tiempo y su biblioteca. El cuido por los libros se fomenta a través de este hábito.  

  • Leer no debe ser un castigo:

El apoyo de la familia es necesario en todas las edades, por ello, es mejor sugerir que imponer. Hay que tratar evitar la lectura como una obligación. En muchas ocasiones el castigo de un padre es que un niño lea. Evítelo