Ikebana, arte japonés para meditar

Una práctica que va más allá de una decoración floral, que ayuda a cultivar la tolerancia y la paciencia a través del significado de una composición que representa la armoniosa relación entre la naturaleza y la humanidad.

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elsalvador.com

Por Evelyn Machuca

2016-02-10 6:00:00

Más allá de simplemente colocar flores en un recipiente, el Ikebana es un arte japonés disciplinado que surge del respeto a la madre naturaleza y que da significado precisamente a la unión de la naturaleza con la humanidad.

En el marco de la culminación de 80 años de relación y cooperación entre japón y El Salvador, la embajadada japonesa en nuestro país tuvo a bien invitar a la maestra Nobu Kurashige, profesional en este tradicional arte japonés, para hacer una demostración, impartir un taller y ofrecer una exposición de su trabajo al pueblo salvadoreño.

“En 2015 fue nuestro 80 aniversario de las relaciones diplomáticas y de cooperación entre El Salvador y Japón, y por ello hemos considerado este evento como una despedida, como un cierre y una celebración”, expresó Yoko Tsujimoto, asesora cultural de la Embajada de japón en El Salvador.

A simple vista, parecen solo arreglos florales decorativos , pero son obras de reflexión. La composición de ramas, hijas, frutos y semillas sí tienen un propósito estético, pero buscan representar la armoniosa relación entre el cielo, el hombre y la tierra.

Es importante por ello que todos los elementos utilizados en la construcción sean de origen orgánico. En la composición es también primordial la disposición de cada elemento y una estructura basada en un triángulo escaleno, definido por tres puntos principales que simbolizan el cielo, el hombre y la tierra.

Debido a que todos los elementos son efímeros, se considera que las obras son un acto de reflexión sobre el paso del tiempo.

En el aspecto espiritual, el silencio es fundamental durante las prácticas del Ikebana, para la relajación de cuerpo, mente y alma, en un afán por cultivar la paciencia y la tolerancia.

La maestra japonesa Kurashige, quien en la actualidad se desempeña como la directora de Ikenobo Sociedad Ikebana de América, visitará El Salvador, por cuarta ocasión, entre el viernes 12 de febrero y el domingo 14, en una organización en la que colaboró también la Secretaría de Cultura de la Presidencia (Secultura).

En 2013, Emma Recinos de Martínez fue la primera salvadoreña sin cargo diplomático en ser condecorada con la Orden del Sol Naciente, Rayos de Oro y Plata, por parte del embajador Masataka Tarahara, en nombre del emperador japonés Akihito, por presidir Ikebana Internacional y por haber contribuido más de dos décadas con el intercambio cultural entre ambas naciones.