5 consejos para hacer que el ejercicio con su pareja funcione

Mi marido y yo comenzamos recientemente a hacer gimnasia juntos. Muchas parejas que lo intentaron, descubrieron que no funciona. Yo puedo decirles que sí funciona

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elsalvador.com

Por Arianne Brown, Deseret News

2015-08-26 3:00:00

Después de 14 años de matrimonio, mi marido y yo alcanzamos finalmente un hito al que nos parecía imposible llegar: nuestro hijo mayor tiene edad suficiente como para cuidar al más pequeño – al menos un par de horas.

Surgió así una nueva libertad, y los dos hemos disfrutado el hecho de poder salir sin tener que conseguir una baby-sitter. Y saber que cada hora pasada fuera de casa no hará ninguna mella en nuestro presupuesto hace que ese tiempo resulte mucho más agradable.

Para nosotros, sin embargo, lo mejor que tiene este nuevo aspecto de la vida es que podemos salir por las mañanas a correr juntos. Poder hacerlo tiene muchas ventajas. No sólo es tiempo que pasamos juntos, sino que ya no luchamos por encontrar la oportunidad para hacer ejercicio y, por el contrario, compartimos ese momento. Se lo comenté a una amiga y su respuesta me sorprendió.

“Odio hacer gimnasia con mi marido”, dijo. “Ese es un tiempo para mí”. Luego siguió diciendo que una vez que había ido a correr con su marido terminaron enojados porque él quería que fuera un momento romántico y ella quería pasar el tiempo hablando. Como ninguno obtuvo lo que quiso, la salida a correr terminó con una promesa de no volver a compartir ese tiempo nunca más. Lo que me dijo me entristeció. Compartir tiempo haciendo gimnasia puede y debería ser una experiencia maravillosa.

A continuación, cinco consejos para que hacer ejercicio con su esposo realmente funcione. 

1. No competir 

Usted y su esposo son un equipo y deben alentarse mutuamente, no competir. Conozco a muchas parejas que lo hacen y en general el resultado es que uno o ambos abandonen la actividad física –o peor, causa de fricciones en el matrimonio. 

2. No siempre es necesario hablar

Antes me daba la sensación de que si no hablábamos, pasaba algo malo entre nosotros. Pero enseguida me di cuenta de que muchas de nuestras mejores salidas a correr por la mañana se daban cuando nos decíamos muy poco o nada. El solo hecho de estar juntos, disfrutando de la paz y la tranquilidad (algo que no se da con frecuencia), es a veces lo único que necesitamos. 

3. El romanticismo no siempre es necesario 

El hecho de estar solos no significa que haya que besarse todo el tiempo. Por supuesto, puede haber momentos en que ver un panorama espectacular desate sentimientos de aprecio por la vida y por el otro. Pero si usted espera que cada vez que sale a correr haya una conexión amorosa, los momentos compartidos haciendo gimnasia juntos no funcionarán durante mucho tiempo. 

4. No siempre es necesario avanzar al mismo ritmo

Habrá días en que no alcance la misma velocidad o habilidad que su esposo, y está bien. Mi marido es mucho más veloz que yo, y esperar que corra a mi ritmo todos los días sencillamente no es justo. Si necesita correr hasta la cima de la colina y esperarme, no me importa. Hay días en que corremos juntos todo el tiempo y días en que no, pero siempre cuidamos de comenzar y terminar juntos. 

5. Terminar tomados de la mano 

Al final de cada salida a correr, mi marido y yo nos detenemos y nos ponemos a caminar por lo menos desde los últimos 100 metros hasta nuestro destino para poder ir tomados de la mano. Esto nos ayuda a tener una conexión tierna antes de abrir la puerta de entrada y ser recibidos por todo el surtido de ruidos de nuestra casa con seis chicos.