Para lograr que tu idea sea un éxito solo necesitas 7 minutos

La novedosa técnica Pechakucha, que se aplica en más de 1,200 ciudades en el mundo, te reta a presentar tu idea de forma única, precisa, creativa y amena. ¿Te atreves?

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Foto tema: Shutterstock

Por A. Pacas / O. Monge

2021-06-04 2:00:13

El éxito se construye con ideas y todos tenemos la capacidad de catapultar una hacia la cima. Esta afirmación está a la base de una novedosa técnica japonesa que surgió en Japón en 2003 y ahora se expande a nivel mundial.

Se llama Pechakucha y es la plataforma de narración de historias de más rápido crecimiento en el mundo. Actualmente, es utilizada por millones en todo el planeta y consiste en hacer una presentación de 20 diapositivas y que cada una de ellas tenga una duración de 20 segundos, de manera que la exposición dure solamente 6:40 minutos.

Pechakucha ya ha estado presente en más de 120 países, 1,200 ciudades en el mundo, donde han hecho más de 10,000 eventos y ha tenido una cifra superior a los 130,000 presentadores. Todas las historias son atractivas y creativas.

"Pechakucha" significa “charla” en japonés y puedes usarla para contar cualquier cosa: un informe laboral, una presentación personal, historia o anécdota. El desafío es ser conciso, utilizar 20 diapositivas y que cada una de ellas tenga una duración de 20 segundos.

A finales del año pasado, El Diario de Hoy llevó a cabo su Pechakucha Night, edición Universidades, en el que cuatro ponentes compartieron su experiencia como estudiantes universitarios que lograron conquistar sus metas y disfrutar del éxito. Los panelistas fueron Rodrigo Castellanos, Gabriela Ávila, Camila Carpio y Georgina Cisneros.

Georgina Cisneros. Foto EDH / Archivo

La ex presentadora de la telerevista “Hola El Salvador” compartió el largo camino hacia la culminación de su carrera de Relaciones Públicas, logro que llegó gracias a su perseverancia y al apoyo que recibió de su familia y amigos.

Tras 15 años de altibajos en sus estudios superiores, logró graduarse.

“Al salir del colegio entré a la Escuela de Artes (de la Universidad Dr. José Matías Delgado), empecé a estudiar Diseño de Interiores (…) en medio de mi carrera se presentaron ciertas oportunidades en mi vida que yo entendía que jamás iban a volver a pasar, como tener que ir a trabajar fuera del país y participar en un concurso de belleza en Japón (Miss Internacional). Fueron oportunidades que no me arrepiento de haberlas tomado”, comentó Georgina.

La decisión de no dejar escapar esas oportunidades presentadas a media carrera la llevó a suspender por dos años sus estudios universitarios.

La ex presentadora de televisión nunca desistió en su camino hacia la profesionalización. Foto EDH / Archivo

Al retomar su carrera se dio cuenta de que en la universidad habían cambiado el pensum y que aproximadamente 12 de las materias que ya había aprobado quedaban invalidadas, pero eso no la desanimó y reenfocó sus intereses. “… Cambié de carrera. Entré a estudiar un Técnico en Relaciones Públicas (en la Universidad Evangélica de El Salvador)”.

Tras concluir esos estudios aprovechó el tiempo para hacer algunos diplomados y cursos relacionados con su carrera. Luego aceptó la oportunidad de trabajar como conductora en canal 12.

Sus labores como comunicadora en ese medio televisivo no fueron impedimento para que ella deseara continuar con sus estudios; pronto comenzó a cursar la licenciatura en Relaciones Públicas.

Estudiantes de Medicina en examen. Foto EDH / Archivo

Transcurrido algún tiempo Georgina se casó y quedó embarazada. Sin embargo, esto no fue motivo que le impidiera continuar con su carrera.

Luego del nacimiento de su hijo Isaac, y ante algunas complicaciones en la salud del niño, ella llegó a pensar, en algún, momento poner una pausa a sus estudios, pero con el entusiasmo inyectado por Dios a través de las palabras de aliento de sus compañeros, familiares y amigos decidió continuar con sus estudios.

Después de 15 años de constante estudio, Georgina por fin recibió su título de licenciada. Según ella, ese triunfo académico es producto del amor de Dios. Con este testimonio, Georgina desea inspirar a otras personas y hacerles conciencia que todo esfuerzo en la vida tiene sus frutos.