¿Quién domina las redes?

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Por el feminicidio de Carla Ayala son procesados policías y civiles. Foto EDH/Óscar Iraheta

Por Manuel Hinds

2018-12-10 7:40:29

La mayor parte de la población contestaría esta pregunta, con el aburrimiento con el que uno dice una cosa obvia, que sin la menor duda es Nayib Bukele, basando su opinión en los datos contenidos en la gráfica 1 que, a su vez, están basados, como todas las gráficas en este artículo, en un estudio que Esteban Mora escribió para el Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria, con fecha 16 de octubre a 15 de noviembre de 2018. Como se ve en gráfica, Bukele es el que, por mucho, tiene más seguidores en Facebook y en Twitter. Tiene 4.3 veces el número de seguidores en Facebook, y 9.7 veces en Twitter, que Calleja, que es el segundo en número.

Esta, sin embargo sería una respuesta muy superficial porque, como es sabido, existen las cuentas falsas e inactivas. Como se mostró en un artículo publicado en El Diario de Hoy el candidato Bukele es el que tiene el 90% de las cuentas falsas e inactivas del total de los cuatro candidatos. La diferencia que esto hace se nota en una medida llamada engagement, que mide el compromiso de los seguidores con la cuenta—no solo compartiendo sino también comentando e interactuando en otras maneras. Como se ve en la gráfica 2, todos los otros tres candidatos tienen más engagement (compromiso) en total (no sólo por persona) que Bukele. Es decir, Bukele es el que más tira líneas para comunicarse, pero los otros tres se comunican con más gente. En sus páginas Web, Facebook considera el engagement como la mejor medida de cómo el contenido resuena con la audiencia. La mayor parte de la población se sorprenderá de saber, como lo muestra la gráfica 2, que los otros tres candidatos tienen más resonancia real con mayor número de personas.

El autor del reporte del Instituto Holandés reconoce que el engagement es la mejor medida pero la descalifica porque, por persona (no en el total de seguidores como está en la gráfica 2), el engagement tiende a disminuir cuando el número de seguidores aumenta. Pero Facebook sabe que esto pasa y aun así la considera la mejor medida porque aunque esto pasa en todos los casos, el engagement por persona cae pero no con la misma velocidad, y la velocidad es lo que cuenta. Es obvio que en el caso que estamos viendo, el engagement por persona de Bukele ha caído muchísimo más que el de los otros tres candidatos, tanto que de ser el que más seguidores tiene, es el que tiene menos engagement.

El compromiso disminuye con la cantidad de seguidores porque los primeros de éstos que se consiguen son los más comprometidos, los segundos son un poco menos comprometidos, y así hasta que a los últimos conseguidos no les importa el contenido y no interactúan con él. Lo interesante no es que esto pase, sino la velocidad con la que pasa, que depende de cuántos seguidores indiferentes (o no existentes) hay en una cuenta. La velocidad con la que el engagement cae es mucho mayor cuando un porcentaje altísimo de las cuentas son falsas o inactivas. Las cuentas falsas son inactivas porque es fácil y barato crearlas, pero es muy difícil y caro tenerlas interactuando con la cuenta principal. Sale más barato crear una nueva, falsa, cuando se necesita para multiplicar mensajes y dar una impresión falsa de volumen.

Como se vio en el artículo que cité de El Diario de Hoy, un enorme porcentaje de las cuentas de Bukele han sido usadas sólo una vez para multiplicar un mensaje enviado por la cuenta madre. Su existencia da la impresión de un gran volumen. Pero cuando se mide en términos del engagement (compromiso) Calleja tiene el triple de resonancia con su audiencia, Martínez más del doble, y Alvarado 20% más.

Lo mismo sucede con Twitter, excepto que en este caso el que tiene más engagement (compromiso) de sus seguidores es Hugo Martínez, el segundo Calleja y el tercero Alvarado, todos muy arriba de Bukele (el que tiene menos de los tres, tiene 4.4 veces lo que tiene Bukele). Es decir, cuando las cuentas inactivas son descontadas (que lo hace el engagement porque no interactúan) Bukele resulta teniendo el menor impacto real en las redes.

Estas cifras explican otras cosas extrañas que están pasando en la campaña—como que la aparente popularidad del candidato de GANA + NI no se manifiesta en la realidad. Nadie llega a los mítines de GANA + NI mientras que sí llegan en grandes cantidades a los de Calleja y de Martínez. Las organizaciones territoriales de GANA + NI no están activas y más bien se ven bien debilitadas mientras que las de los otros dos se ven fortalecidas.

Esto no quiere decir que el enorme ruido que genera GANA + NI en las redes no tenga impacto. Posiciona al candidato en la boca de los ciudadanos, lo que, como ha sido tantas veces demostrado aquí y en el mundo entero, influye a los ciudadanos al contestar encuestas pero no al decidir el voto.