Tragicomedia monetaria en Venezuela

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elsalvador.com

Por Manuel Hinds

2018-08-20 4:38:40

El 20 de agosto de 2018 Venezuela puso en acción una nueva reforma monetaria que efectivamente devalúa el Bolívar Fuerte en 96%, además de sustituirlo por una nueva moneda llamada el Bolívar Soberano. En el proceso, para no tener que gastar en nuevos billetes, el gobierno eliminó cinco ceros de los que están en circulación, de tal forma que, por ejemplo, un billete de 100,000 Bolívares Fuertes ahora valdrá un Bolívar Soberano.
Al mismo tiempo el gobierno subió el salario mínimo de 50 centavos de dólar a $28-$35 mensuales (las cifras en dólares cambian dependiendo de la tasa de cambio que se use, que es muy ambigua ya que depende del precio del petróleo). También anunció que depositaría el equivalente a $15 en Bolívares Soberanos a los inscritos en el Carné de la Patria, una institución de control social que maneja el gobierno.
La devaluación tan fuerte y los ajustes de cinco ceros son el resultado de la terrible inflación que está sufriendo Venezuela, que el Fondo Monetario Internacional estima (estima porque Venezuela no publica datos) que ya ha alcanzado un millón por ciento anual. Esto quiere decir que lo que valía un Bolívar Fuerte hace doce meses hoy vale 10,000 Bolívares Fuertes.
Igual que cuando se creó el Bolívar Fuerte en tiempos de Chávez, el gobierno parece creer que la inflación se detiene con el nombre de la moneda y con la eliminación de ceros en los billetes, ignorando que la única manera de detenerla es detener la maquinita de hacer dinero.
Todo esto evidencia que el Socialismo del Siglo XXI, como todos los demagogos, ha vuelto a caer en la trampa de creer que creando dinero se puede crear riqueza, y que mientras más dinero se crea, más riqueza se genera, cuando lo que se logra es rebajarle el precio al dinero en términos del valor de otras cosas—que es lo mismo que decir que se crea inflación. Con la inflación, las cosas valen cada vez más, y eso es lo mismo que decir que el dinero cada vez vale menos en términos de las cosas.
Como el gobierno venezolano no va a dejar de imprimir dinero, la inflación no va a disminuir en Venezuela, causando enormes costos a la población y llevando a enormes ineficiencias. Como a la tasa de inflación actual de Venezuela los precios se duplican diariamente, tener dinero significa perder la mitad de su valor cada día, por lo que la gente trata de salir del dinero tan rápido como lo recibe, lo cual aumenta la inflación cada vez más, en una espiral interminable. La gente se sale del trabajo para ir a gastar el dinero, que cada vez les alcanza para menos.
Esta inflación refleja no sólo la creación excesiva de dinero sino también la caída de la producción real en Venezuela. Como muestra de lo que está pasando, la corrupción y la incompetencia del gobierno ha sido tal que la producción de petróleo ha bajado de 3.2 millones de barriles diarios hace una década a 1.4 millones ahora. Con esta caída, el país puede importar mucho menos materias primas para sus industrias y su agricultura, y la producción total del país ha colapsado. Venezuela, que era un país rico, se ha empobrecido terriblemente. El crimen se ha disparado, el empleo ha caído, la gente no puede adquirir los bienes más elementales. Como resultado, 2.3 millones de venezolanos han huido del país desde 2014.
Aunque la solución a la hiperinflación que sufre Venezuela es dejar de imprimir dinero, sólo hacer esto no sacaría al país de su miseria. Introducir disciplina monetaria es indispensable para sacar al país de ella, pero no es suficiente. Se requieren reformas fundamentales que eliminen el régimen económico y político del Socialismo del Siglo XXI, que ha llevado al país a este desastre.