Andar creyendo en “pajaritos preñados” mantiene vivos perniciosos populismos

Con el tiempo el concepto de medios de producción ha ido evolucionando hasta llegar a la edad del conocimiento de hoy en día en que “los medios de producción” son el saber, no las manufacturas.

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Por El Diario de Hoy

2021-01-18 9:31:22

La quimera populista, un derivado de la teoría de la lucha de clases de Marx, es que “los ricos”, a los que él menosprecia llamándoles “burgueses”, son culpables de la pobreza del “proletariado” (los obreros), a los que explotan sin misericordia, lo que finalmente les lleva a organizarse para asumir el control de “los medios de producción”.
A inicios del siglo XIX los “medios de producción” estaban a la vista: acerías, ferrocarriles, astilleros, cementeras. Pero ya en ese punto ciertos grupos humanos, como los administradores de una fábrica, los encargados del mantenimiento, los vendedores se sitúan en una especie de penumbra formal: ¿son ellos parte el aparataje de la explotación o son trabajadores a quienes los burgueses también exprimen usurpando la riqueza que generan? ¿O se trata de seres indefinidos en sus funciones como los que Dante coloca a la entrada del Purgatorio, los que “ni fu ni fa”?
Con el tiempo el concepto de medios de producción ha ido evolucionando hasta llegar a la edad del conocimiento de hoy en día en que “los medios de producción” son el saber, no las manufacturas, lo que coloca a los “proletarios” en el problema de que nunca podrán adueñarse de “los medios de producción”, pues para hacerlo, saliéndose del esquema marxista, tendrían que ser parte de la burguesía, estudiar, competir con otros para salir adelante.
Pese a lo evidente, a lo que todos tenemos frente a nuestros ojos, al día de hoy muchos pregonan las mismas nociones marxistas: la única salida a la “pobreza del proletariado” es organizarse en sindicatos, montar huelgas, organizar marchas…
En una ocasión en este Diario denunciamos que el agregado militar de “un país amigo” andaba en oriente organizando sindicatos, lo que provocó que el embajador y dicho agregado llegaran a desmentir lo que había sucedido, un hecho que nuestro corresponsal en ese entonces sabía “de vistas y oídas” y que dio lugar a la publicación.
Hoy en día la noción de que para acabar con la “explotación” el proletariado debe organizarse, montar huelgas, “reclamar sus derechos”, pues no habrá otra forma para conseguir superar la pobreza, la marginación, etcétera… sostener tal cosa equivale a creer en pajaritos preñados, ignorar cómo operan los mercados, las cadenas de producción, el papel que desempeñan tanto los emprendedores y sus ejecutivos, como el personal bajo su responsabilidad, inclusive en una crisis como la presente cuando muchas empresas han tenido que cerrar, reducir plantillas, buscar alternativas para seguir subsistiendo.

Las tormentas de hoy son consecuencia de los furiosos vientos que se sembraron

En un símil hermoso se dice que “para volar se necesitan dos alas” aunque en el caso que analizamos son muchas las alas, pues cada miembro de una organización desempeña vitales funciones, desde los que planifican operaciones hasta el personal de limpieza…
Y la mejor y más justa forma de asignar salarios, “de dar a cada quien lo suyo”, es ajustarse a las leyes del mercado, pues de lo contrario lo que unos reciben de más, digamos los sindicalistas que se apoderan de una industria o quehacer, es a costa de los que no son miembros de esas argollas.
Ya sufrimos los salvadoreños los graves perjuicios que sindicatos violentos causaron a la economía del país ahuyentando inversiones, quebrando empresas y luego participando en las bandas que montaron la agresión contra El Salvador dejando amargas secuelas…