Verdadero patriotismo es lo contrario del nacionalismo

“Diciendo que ‘nuestros intereses primero y qué importan los de los otros’ se borra lo que una nación tiene más precioso, lo que la hace vivir, lo que la lleva a ser grande, lo más importante: sus valores morales”, declaró el presidente francés Emmanuel Macron.

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2018-11-12 9:26:08

Lo más precioso que puede tener una nación son sus principios morales, lo que a su vez fundamenta el patriotismo legítimo y que permite hermanarse con pueblos que comparten esa misma visión.

Los principios morales son lo medular de la tradición judeo cristiana, un esplendoroso legado que conjuga lo esencial del cristianismo con el pensamiento de los griegos, los descubridores del espíritu.

Esa visión se descubre en el Derecho Romano, en los grandes pensadores del Cristianismo, en la Carta Magna, la Declaración de los Derechos del Hombre tras la Revolución Francesa, así como el Acta de Independencia de los Estados Unidos. Y como enfatizó el presidente francés Emmanuel Macron en su hermoso discurso al conmemorar el fin de la Primera Guerra Mundial, el patriotismo es lo contrario del nacionalismo, de lo que son mezquinas y temerarias posturas.

El nacionalismo movió a Hitler, carcome las entrañas del fundamentalismo musulmán y asoma en las cabezas rapadas de jóvenes exaltados alemanes, como condujo a lo peor del falangismo español.

“El patriotismo es el exacto contrario al nacionalismo. El nacionalismo es su traición”, dijo Macron ante más de 70 jefes de Estado y de Gobierno presentes, entre ellos el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

“Al pie del Arco del Triunfo, bajo una lluvia persistente, se escenificaron dos visiones antagónicas: la de los defensores del orden liberal, con Macron y Merkel a la cabeza, y quienes lo cuestionan, como Trump”, publica el periódico español El País.

“Diciendo que ‘nuestros intereses primero y qué importan los de los otros’ se borra lo que una nación tiene más precioso, lo que la hace vivir, lo que la lleva a ser grande, lo más importante: sus valores morales”, añadió Macron.

“Sumemos nuestras esperanzas en vez de oponer nuestros miedos”, exhortó. “Solo depende de nosotros que esta imagen se interprete en el futuro como el símbolo de una paz duradera entre las naciones y no como la fotografía del último momento de unidad antes de que el mundo caiga en un nuevo desorden”.

Por su parte, la canciller alemana Ángela Merkel advirtió del peligro de un “nacionalismo miope”, cuestionando que “si el aislamiento no fue la solución hace cien años, ¿cómo puede serlo hoy en un mundo interconectado?”.

Los principios morales, el más valioso patrimonio

La mayor parte de los congregados en este memorial recordó el horror que causó tantas muertes, entre ellas la del poeta francés Apollinaire, un visionario del futuro, y Henry Pirenne, el historiador. Y de esa carnicería dan testimonio los cementerios donde por igual, lado al lado, “en la generosa tierra de Francia” descansan los restos de franceses y alemanes, que en la Navidad de 1914 y en muchos momentos, al llegar la noche, salían de sus trincheras para compartir sus raciones y reunirse en paz, aunque llegada el alba se volviera a la sin sentido, infernal carnicería.

Es un grave, mortal error, sostener que para que una persona o una comunidad o una nación este bien, otras deben estar mal, una forma de la economía con saldo cero en la cual nadie crece.

Y si eso daña grandemente en lo material, también envenena lo cultural, los avances del intelecto, los que, a Dios gracias, no son influenciados por la mezquindad de actitudes en las naciones libres.