El bullying del que son víctimas los estudiantes de medicina por médicos, enfermeras y hasta por sus propios profesores es una sucia actitud que debe acabar de inmediato, pues, como dicen ellos, “estamos aquí para aprender, no para que se nos humille, maltrate”.
Ese nefasto proceder llevó a la muerte a una estudiante, que antes de la tragedia escribió en sus redes sociales:“Lo primero que me dijeron ahora al llegar al primer servicio nuevo en mi nueva rotación fue: después de 7 años de medicina no sabes nada... sí quería llorar”.
El bullying es una plaga en todas partes, como tan dolorosamente quedó demostrado cuando Drayke Hardman, un jovencito bien parecido de 12 años, educado, tranquilo, se suicidó tras sufrir acoso escolar durante más de un año en su colegio en Utah, Estados Unidos. La muerte de Drayke destrozó a su familia.
Bullying permanente es lo que el régimen bukelista hace con las personas, grupos, mujeres periodistas que le incomodan, que le molestan por revelar abusos, sinvergüenzadas, falta de transparencia, corrupción.
Bullying es el acoso al empresario de microbuses Catalino Miranda, a quien la fiscalía alineada al bukelismo le está agregando cargos que se saca de la manga, una manera de echar tierra sobre la toma de posesión irregular de sus unidades, entregadas a chafarotes que han fundido los motores de varios microbuses, según se denunció.
El peor caso de bullying perpetrado en nuestro suelo es la captura, arbitraria y sin apegarse a ningún proceso legal, de seis exfuncionarios a quienes se niega que les visiten parientes y abogados, les suministren medicamentos, les entreguen cartas de sus familiares.
La científica Erlinda Handal, el exministro de Hacienda, Carlos Cáceres; la exministra de Salud, Violeta Menjívar; el exviceministro de Agricultura, Hugo Flores, y el exdiputado Calixto Mejía, así como el exalcalde Ernesto Muyshondt, son presos políticos, víctimas del permanente pisoteo a la ley y al ordenamiento constitucional de nuestro país.
Las periodistas son víctimas del bullying del régimen...
Todo en un limbo, pero todo cortinas de humo para encubrir la enorme viga en el ojo del régimen, que viene exhibiendo pecadillos y pajas en los ojos de quienes le molestan, las luces de Bengala para distraer la atención, como han sido los inquisitoriales interrogatorios sobre los sobresueldos, el circo para entretener a los nulpensantes en nuestro suelo.
De la misma manera como los encargados de enseñar a futuros médicos y personal de salud, las jefaturas de hospitales como el San Rafael al que apuntan con el dedo los estudiantes afectados, los directores y maestros en centros de enseñanza, todos deben unirse para acabar o perseguir el bullying, afanarse de que niños y jóvenes se formen sin esa clase de feas presiones, malignas mañas.
Voltear la mirada, hacerse el desentendido es convertirse en cómplice....
El bullying de Trump golpeó la emblemática democracia de EE.UU.
Bullying es la persecución a sus adversarios políticos en que pasa afanado el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, que acosa sin tregua a los candidatos republicanos que no participan de la gran mentira, de que él, Trump, “ganó las elecciones y que luego le fueron robadas” y por lo que instigó el vil asalto al Congreso de Estados Unidos, que dejó cinco víctimas fatales, 14 policías heridos y estuvo a punto de causar la muerte de varios congresistas.
Por estos hechos Trump está siendo investigado por los fiscales de Nueva York, los mismos que reclaman la entrega del exdictador de Honduras, Juan Orlando Hernández, fotografiado con cadenas, una foto que deberían tener en su mesa de noche varios dictadores en nuestra América.