Asombro e indignación en el mundo tras revelarse pactos entre el régimen y pandillas

Nada de “plan de control territorial”, como tampoco ocuparse de proteger a la población o de reactivar la economía que no sea poniendo en vigor las ocurrencias del excelentísimo, que son el equivalente de palos de ciego por momentos y de agresiones a personas, familias y entidades

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Video de un agente amenazando y agrediendo a una mujer ha causado indignación en redes sociales. Foto captura de video

Por El Diario de Hoy

2020-09-07 8:04:16

Las revelaciones sobre pactos entre las pandillas y el régimen de Bukele son motivo de indignación y asombro en el mundo, después que la noticia publicada por El Faro ha sido retomada por los principales medios informativos internacionales.
Tanto es así que el influyente periódico español El País le pide una “explicación necesaria” a Bukele ante estas denunciadas negociaciones.
Poco antes de publicarse estos hechos se dice que el periódico digital comenzó a recibir auditores de Hacienda, lo cual presenta dos caras: la primera, que echar mano de investigaciones fiscales, hacer inspecciones de toda clase con el menor pretexto, imponer multas arbitrarias y otros ardides similares es la forma como se pretende silenciar a medios o grupos críticos de un régimen.
Lo segundo es preguntarse cuál es el origen de las pandillas, por qué se han convertido en una plaga que no solo amenaza a los países del Triángulo Norte de Centro-América, sino que son ya una pesadilla en Estados Unidos, donde asesinan, extorsionan, secuestran, persiguen…
Ya se dio el caso de salvadoreños que buscan refugio en el Norte pero que allá los buscan y los matan.
La causa es una: al firmarse los “acuerdos de paz” en 1992 la guerrilla se encaprichó con que la Guardia Nacional fuera liquidada versus depurada. Como se dice desde los romanos, “la naturaleza aborrece el vacío”: el espacio que ocupaba ese cuerpo que en muchos sentidos mereció el título de Benemérito, lo tomaron las pandillas.
Obviamente el régimen no iba a sacar dinero de sus ahorritos, las enormes sumas de dinero que han sido “privatizadas” en los permanentes meneos del excelentísimo ( y no usamos el término en sentido sarcástico ) para ningún “plan territorial”.
Nada de “plan de control territorial”, como tampoco ocuparse de proteger a la población o de reactivar la economía que no sea poniendo en vigor las ocurrencias del excelentísimo, que son el equivalente de palos de ciego por momentos y de agresiones a personas, familias y entidades, a lo que están a punto de sumarse los desmanes, amenazas, desinformación y linchamientos virtuales de lo montado por los ahora experiodistas y secuaces del régimen.
Casi inmediatamente después de firmados los “acuerdos de paz” los desmovilizados montaron puntos de asalto en carreteras y vecindarios, práctica que con sus modalidades continúan las pandillas con extorsiones, asesinatos y “desapariciones”, esto último lo más diabólico de todo, dado el sadismo con que asesinan a sus víctimas, que luego entierran en fosas clandestinas.
Niños de hasta doce años son secuestrados para incorporarlos a uno de los dos bandos en pugna.

¿Qué sucede con los millones y millones de los préstamos y los impuestos?

De muy poco sirven las millonadas que recibe el país si gran parte de esos fondos “se privatiza”, como se dio con el escandaloso robo de veinticinco millones de dólares de los fondos del ISSS entregados al régimen y de los que no da cuenta, como no da cuenta de gran parte de los dineros, dineros de los salvadoreños, que pasan por sus manos, menos ahora con los cambios inconstitucionales al reglamento de la ley LACAP.
¿Cuánto pagaron los de la lotería israelí-guatemalteca por la concesión?
¿Quién se quedó con ese dinero?
La pregunta es muy ingenua, pues todos saben dónde es que fue a parar ese dinero. Ignorarlo es confesar que no se tiene ningún interés en lo que sucede en el país o no se tiene el mínimo de entendederas, propio de los incautos…