Se “privatizan” los elefantes blancos para que un país no caiga en hambrunas

Las democracias se fundamentan en el derecho a la propiedad, en alentar la creatividad, en fomentar la creación de fuentes de trabajo, en ser muy receptivos a la inversión para dar dinamismo a una economía, sabiendo que ello facilita la incorporación de tecnologías al quehacer general.

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Foto EDH / Archivo

Por El Diario de Hoy

2021-07-28 6:30:03

Democracia no es privatizarlo todo, dijo Bukele, pero, anotamos nosotros, democracia no consiste en que una nación tenga que sostener elefantes blancos, entidades que son muy ineficientes, cargadas de burócratas, donde campean el amiguismo y corrupción, como ha sido la experiencia en nuestro país.
El caso de ANTEL es muy ilustrativo.
Cuando el ente se manejaba por el gobierno, lograr que a una empresa o a un particular le instalaran una línea nueva era asunto que podía tomar hasta décadas, además de que era casi “de rigor” aceitar los procedimientos con una coima aquí, otra allá.
Se privatizó ANTEL al nombrarse presidente de la entidad al doctor Juan José Daboub y se llegó a lo siguiente:
—conseguir que se instalara una línea telefónica fue asunto de pocos trámites;
—la burocracia se redujo a lo necesario, volviendo más eficiente al organismo;
—la medida permitió a El Salvador entrar sin problemas al mundo de la internet y las nuevas tecnologías, a diferencia de otros países, como Costa Rica, supuestamente más avanzados pero con la rémora de tener estatizados sus sistemas de telecomunicaciones.
En esos años “el Estado” controlaba la banca, con nefastos resultados pues para lograr un crédito era imprescindible dar regalías a los “gestores”, se manipulaban las exportaciones de café e impusieron controles en la compra de hidrocarburos, lo que enriqueció aún más a uno de los corruptos que en su momento figuraron al frente de ANTEL.
El desastre en todos los campos del manejo de la economía por entidades estatales, como es el caso de la Cuba castrista, es la norma, morbo que en su momento condujo al despanchurramiento de la “gloriosa comunidad de naciones socialistas”, una experiencia que se repite en Norcorea, que enfrenta una terrible hambruna que contrasta con la abundancia y el poderío económico de Corea del Sur.
En Cuba el hambre, la carencia de todo lo imaginable, ha sido el detonante de las protestas que el moribundo régimen está tratando de reprimir a como dé lugar, militarizando las calles para impedir que se formen manifestaciones.
Los esbirros del régimen filmaron las protestas y ahora están haciendo redadas de esos manifestantes para encarcelarlos y hacerlos desaparecer.

De “nacionalización” en “nacionalización” Venezuela se convirtió en un Estado fallido

Las democracias se fundamentan en el derecho a la propiedad, en alentar la creatividad, en fomentar la creación de fuentes de trabajo, en ser muy receptivos a la inversión para dar dinamismo a una economía, sabiendo que ello facilita la incorporación de nuevas tecnologías al quehacer general.
Cuando Alemania estaba dividida en dos campos, el capitalista de libre empresa y el socialista regimentado padeciendo la carencia de toda clase de bienes, se formó en el sector libre la gran tienda de consumo, la KDW (Kaufhof des Westens) como contraste: el capitalismo produce bienes en gran abundancia; el socialismo y lo estatal generan hambre y represión.
Un ejemplo de estatizaciones a dedo fue el del difunto Hugo Chávez, que para todo decía “exprópiese” y en tal forma de “nacionalización en nacionalización” hizo del país más rico del Hemisferio el desastre que es en la actualidad.
El megalómano “nacionalizaba” al capricho. Si le notificaban que un terrateniente no colaboraba en repartir tierras “entre los pobres”, de inmediato “nacionalizaba” la propiedad; si le decían que las panaderías no estaban suministrando pan debido a problemas con abastecimientos de materias primas, las “nacionalizaba”. Y en tal forma, de robo en robo de lo ajeno “se cargó a Venezuela”...