Uno de los dirigentes efemelenistas, Sigfrido Reyes, fue enviado a juicio por presunto enriquecimiento ilícito por la Corte Suprema de Justicia. La razón: este señor no justificó el origen de $373,183.09 que tenía en su patrimonio familiar.
En la Asamblea Legislativa se recuerda cómo Reyes pasó de usar pantalones vaqueros a vestir trajes finos; de repente pasó a ligársele a la propiedad de amplios terrenos de gran plusvalía en la zona de Nuevo Cuscatlán.
La Corte señaló que Reyes invirtió $185,000 en un proyecto de condominio residencial denominado Las Violetas, en Planes de Renderos, al sur de San Salvador. Por su parte, Reyes sostuvo que esos fondos provenían de viáticos y salarios recibidos de la Asamblea cuando fue diputado, ante lo cual uno de los magistrados, Óscar López Jerez, preguntó: “¿De qué ha vivido entonces este señor?”.
Es de recordar que los gobiernos de ARENA se distanciaban y hasta expulsaban a sus funcionarios cuestionados, algo que no ha ocurrido con los efemelenistas, que defienden a capa y espada a sus señalados e incluso a Funes le aconsejaron que se fuera, no digamos el culto que le rinden a Maduro pese a las monstruosidades de su régimen.
Estos llamados “socialistas del Siglo XXI” se dieron la gran vida viajando en primera clase, mientras los salvadoreños estaban sin trabajo y agobiados por deudas. Ir de viaje a Roma, a Costa Rica pasando por Madrid, a París, a Londres, a Moscú se convirtió en una maña de los efemelenistas y de sus partidos aliados.
Según lo informa el portal de Transparencia del Órgano Legislativo, Reyes, en su calidad de presidente de la Asamblea, realizó numerosos viajes en misión oficial a países como Palestina, Rusia, Cuba, Panamá, Vietnam, Guatemala, Canadá, Venezuela, España, Chile, Nicaragua, Ecuador, entre otros.
Funes, reclamado por la justicia por el saqueo de 351 millones de dólares, continuamente iba a Miami, a Los Ángeles, a donde le daba la gana, sabiendo que Hacienda pagaba sus tarjetas de crédito, que también se usaban para que la ex esposa se comprara modelitos de “alta costura” a precios de varios miles de dólares.
Toca ahora investigar y castigar la corrupción de los efemelenistas
Al finalizar diez años de Psico-cracia es menester que todos los hechos de corrupción salgan a luz, pues es totalmente incongruente que a unos los metan en la cárcel y a otros únicamente los procesen civilmente.
Cuando un mafioso es acusado, de inmediato reclama por “sus derechos humanos”, ser víctima de calumnias, por persecución política…
Nuestro país ha quedado postrado, en parte polarizado, confundido, sin claras perspectivas de lo que espera a las venideras generaciones.
Es muy grave el endeudamiento resultado del saqueo rojo, desde la sustracción de una parte sustancial de los fondos de pensiones, el saqueo de ANDA y los escándalos relacionados con el Gran Hoyo de El Chaparral y CEL, hasta el estado semi-ruinoso en que queda la infraestructura escolar y hospitalaria.
El más grave perjuicio que los rojos han causado es propagar el odio y la violencia, lo que llevó al asesinato de Roque Dalton y de muchas personas de renombre en nuestro país, desde el canciller Borgonovo hasta el millar de pobres jóvenes reclutados en la guerrilla que inmoló el desquiciado “Mayo” Sibrián en San Vicente.
La más nefasta herencia de los años rojos son las pandillas, que imitan a la guerrilla, desde el cobro de extorsiones hasta el hecho de que una de tales bandas se etiqueta a sí misma como “revolucionaria”.
Algunos han intentado insultar a miembros de la psico-secta, pero se dan cuenta de que eso es casi imposible…