Imponer el servicio militar obligatorio es la última propuesta del vicepresidente, individuo que no cuenta ni con las credenciales académicas ni mucho menos morales para andar planteando nada que altere el ordenamiento institucional del país, muchísimo más necesitado de jóvenes que se preparen en carreras académicas, tecnología, artesanías, oficios diversos, que ser reclutados para que les laven el cerebro, los indoctrinen en un cuerpo militar que ha traicionado el mandato constitucional que impone la apoliticidad de la Fuerza Armada.
En parte la movida se presta para incorporar a pandilleros a un cuerpo regular, armarlos y de allí contar con un control territorial para el mal, para que nadie pueda oponer los desmanes del aspirante a dictador vitalicio.
Es obvio que un personaje que no pasó de bachiller y que constantemente exhibe su ignorancia en prácticamente todos los campos del saber no va a entender la diferencia que hay entre una nación con personas que cuentan con alguna o mucha preparación, a una compuesta por recuas de nulpensantes que se pueden manipular al antojo.
Como sucede en Cuba y es lo característico de las dictaduras, donde reclutar a niños y “ponerlos a marchar”, borrar en lo posible su individualidad, su personalidad, es la primordial tarea.
Hitler, Mussolini, Stalin, Mao… todos despersonalizaban a niños y jóvenes, les machacaban el cerebro para ponerlos a sus pies. El más repugnante ejemplo es el de Mao con la “revolución cultural”, que lanzó a millones de jóvenes, millones de enloquecidos, a destruir el pasado intelectual y artístico de China, romper imágenes, cerámica valiosísima, pinturas…
A Dios gracias, cuando Chiang Kai-shek se refugió con su movimiento nacionalista en Taiwán, llevó consigo los tesoros de la Ciudad Imperial, los que pueden contemplarse en el Museo dedicado a ese inmenso patrimonio del espíritu y que se habría perdido para siempre.
Quieren quitar sus hijos a madres y padres para convertirlos en la carne de cañón del régimen
Muchos países tuvieron servicios militares obligatorios, pero en las democracias esos esquemas se han abandonado y se prefiere contar con soldados y militares profesionales.
En las democracias, las naciones libres, el objetivo es alentar la diversidad en todos los campos, alentar la creatividad, fomentar la iniciativa, pues eso enriquece al conjunto.
La evidencia más contundente es que Cuba, hasta que cayó en el marxismo, como también ha sido el caso de Venezuela, después de ser países innovadores que patentaron muchos descubrimientos, en la actualidad no inventan nada, son estériles, lo que comprueba un viejo dicho: los gobiernos —y peor aún las cleptodictaduras— son cementerios de la imaginación.
Ese estado de total esterilidad del intelecto lo encapsula el gran escritor y pensador portugués Eca de Queiroz al referirse a la Universidad de Coímbra como el lugar “donde duermen las musas”… Lean, estimados lectores de este Gran Diario, su célebre obra “La ilustre casa de Ramírez” tan rica en humor y gracia…
Es muy grave que el cleptodesgobernante use fondos públicos para insultar, amenazar, agredir la institucionalidad, burlarse de todo lo que no encaje con su patológica megalomanía, proceso que está destruyendo económica pero sobre todo moralmente a este país, al que ha endeudado haciendo “desaparecer” miles y miles de dólares, dejando una enorme deuda y daños anímicos a las futuras generaciones de salvadoreños.
Las familias, madres y padres de tantos jóvenes en los que cifran sus ilusiones y esperanzas, ven con horror lo del “servicio militar obligatorio”…