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Descomunales mentiras de los del régimen que ni ellos mismos se creen

Habría que ver qué dicen los pacientes que deben esperar varios meses para consultas con especialistas en la red pública o el Seguro Social, que no reciben sus medicinas, que ven cómo se inunda el hospital Rosales, que sufren porque desde hace dos años esperan el nuevo sanatorio pero se le da prioridad a construir un hospital para perros.

Por El Diario de Hoy |

Que El Salvador “tiene el sistema más eficiente de salud del continente” se atrevió a decir la embajadora de El Salvador en Estados Unidos, una aseveración que de seguro ni ella misma la cree y ha despertado una ola de críticas de parte de médicos y profesionales de la salud en nuestro país.


“Populismo”, “propaganda”, “servilismo” fueron los calificativos de muchos médicos por las palabras de la señora.
Mayorga dijo que “hace menos de 30 meses teníamos el peor sistema de salud de América Latina, estábamos al nivel de Haití. Ahora tenemos el sistema más eficiente del continente”.


Pero el infectólogo Alfonso Rosales trajo a cuenta el Índice de Atención Sanitaria de la revista especializada CEOWorld, edición 2021, el cual es de nivel internacional y se basa en un análisis estadístico de la calidad general del sistema de atención a la salud. En dicho índice mundial, los países que despuntan en el continente americano son Canadá, Estados Unidos, Ecuador, Colombia o Uruguay; y como añadió Rosales, “a nivel centroamericano, Costa Rica tiene el mejor sistema de salud de la subregión, seguido por Panamá, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Honduras”.

“Indudablemente —dijo— las declaraciones de la embajadora no están basadas en la realidad del sistema nacional actual del país. Una vez más, se trata de confundir a la población”.


Una publicación de la prestigiosa revista médica The Lancet, de mayo 2022, sobre la disponibilidad de personal de salud necesario para poder cubrir al 80 por ciento de la población, establece que Panamá y Costa Rica están arriba de El Salvador en Centroamérica, lo que llevó a decir a Rosales que ni siquiera somos el número uno en salud en Centroamérica.


Habría que ver qué dicen los pacientes que deben esperar varios meses para consultas con especialistas en la red pública o el Seguro Social, que no reciben sus medicinas, que ven cómo se cae el cielo falso y se inunda el hospital Rosales, que sufren porque desde hace dos años esperan el nuevo sanatorio pero se le da prioridad a construir un hospital para perros.


El Sindicato de Médicos y Trabajadores del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (SIMETRISS) afirmó que los pacientes deben esperar desde cuatro meses hasta más de un año para obtener una cita por especialidad en el ISSS, lo que, agregó otro médico consultado, “puede llegar cuando algunos pacientes están más allá de una ayuda o inclusive hayan fallecido”.

Los facultativos ven con preocupación que las declaraciones de funcionarios/as gubernamentales mantienen la tendencia de corresponder a marketing político y propaganda, intentando engañar a los salvadoreños sobre la realidad.


La falta de medicamentos, citas prolongadas, infraestructura sanitaria deficiente, datos epidemiológicos y de gastos en salud poco transparentes, la falta de respuesta a los familiares del personal de salud fallecidos en la atención a la pandemia de covid-19, son una constante en El Salvador.

Las realidades no encajan con la propaganda oficialista


Lo que declaren funcionarios ligados al régimen es siempre cuestionable, pues son muchas las señales de desmejora de los indicadores sanitarios, como es el incremento de la mortalidad materna e infantil, complicaciones previsibles en la población con enfermedades crónicas y falta de respuestas a la exigencia de datos relacionados a los gastos durante la pandemia de covid-19.


El doctor Ricardo Lara, experto en salud pública, opinó que “muchos salvadoreños sabemos y hemos podido ver a lo largo de estos tres años, que el denominador común de todos los funcionarios es sobresaltar, más allá de lo que es la realidad, todo con el afán de querer quedar bien con la dictadura. Este mensaje que da la embajadora sobrepasa los límites del servilismo cuando el presupuesto de Salud se ve disminuido”.

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