Alexei Navalny, la persona que encabeza la oposición contra Putin “el amo de Rusia”, fue apresado al solo aterrizar en Moscú en un vuelo procedente de Alemania, donde pasó cinco meses recuperándose de un envenenamiento con la sustancia Novichok, que le aplicaron en su ropa interior en un vuelo interno de Rusia.
A Navalny lo acusan de fraude, de haberse apropiado fondos recaudados para sus campañas… argumentos para perseguir, encarcelar y hacer desaparecer a opositores nunca faltan a esos carniceros en un mundo de frágiles democracias que se enfrentan a los anillos de la perversidad, a los dictadores que se enseñorean sobre pueblos al considerarse destinados por Dios para regir.
Cada despotismo tiene sus particulares facetas, monta sus infiernos. Gadafi asesinaba a opositores en el exterior pinchándolos con la punta envenenada de un paraguas; Lukashenko de Bielorrusia detiene por años a manifestantes y “desaparece” a sus líderes; el déspota turco Erdogan condena a cadena perpetuar a quienes oponen su feroz dictadura y ha llegado a suprimir elecciones.
Las dictaduras, muchas de ellas resultado de líderes populistas que se hacen con el poder y que luego no lo sueltan, han en cierta forma proliferado o se han mantenido por el ejemplo y la inacción del a Dios gracias y a partir de este miércoles, expresidente Trump, que sistemáticamente abandonó a aliados, retiró tropas que apoyaban gobiernos bajo ataque como el de Afganistán, dejó a los kurdos a merced de Erdogan, no hizo nada ni respecto a Norcorea ni con el régimen terrorista de Irán, régimen impuesto por Jimmy “derechos humanos” Carter, quien fraguó el derrocamiento del Sha de Irán después de haber propiciado la llegada de bandas terroristas a Centro América.
A lo anterior se agregan las elecciones amañadas de Uganda, con las que el “presidente” Yoweri Museveni, en el poder desde 1986, es reelecto por cinco años más.
Defender la libertad y la democracia es eterna tarea de los hombres de buena voluntad
Un mes en una cárcel controlada por la KGB, organización que sostiene a Putin, expone a cualquier figura de la oposición a que lo inoculen de enfermedades, de virus y males que aparezcan después de un tiempo.
Si ya envenenaron a Navalny sin importar que el mundo se enterara y si literalmente “desintegraron” con polonio a tres disidentes rusos refugiados en Londres, no solo el destino de Navalny está en grave peligro, sino el de todo movimiento contra Putin, como igual se puede decir de la más leve oposición a Xi Jinping de China.
La Historia está llena de horrendas persecuciones de tiranos contra rivales u opositores; los nazis fueron un espantoso capítulo del siglo XX pero el estalinismo fue peor, con la diferencia de que ¡Stalin Vive! en Putin mientras Hitler solo perdura en la destrucción moral y material de Alemania que tanto esfuerzo ha requerido para superar.
Es un horror que en pleno siglo XXI haya tantos hombres bajo la bota de tiranías, que millones sean perseguidos, amordazados, “desaparecidos”, que las voces independientes, periódicos y emisoras estén bajo amenaza, que la propaganda a favor de cleptodesgobiernos se financie con fondos públicos….