En su sofoco por "hacer grande América (se refiere sólo a Estados Unidos) de nuevo", el presidente Trump está literalmente intentando refundar el orden global a palos, aunque ello signifique romper alianzas tradicionales, acabar con los programas asistenciales de gran beneficio, enajenando a sus vecinos y revolviendo las aguas del mundo, lo que tradicionalmente beneficia a los que "pescan en aguas turbulentas".
Una vieja frase advierte que "en esta vida es poco lo que se puede cambiar y eso será poco a poco". Ignorar el precepto lo que logra es más y más destrucción que construcción, como está sucediendo en nuestra tierra.
Hasta el advenimiento de la Edad Contemporánea (finales del siglo XVIII) las naciones se defendían limitando contactos con sus vecinos, los que eran en cierta medida rotos por los mercaderes que llevaban bienes de una parte del mundo a otra, principalmente especias (sal, pimienta...) que servían para preservar la carne.
Parte del pago que recibían los soldados eran cantidades de sal, lo que dio origen al término "salario" y con lo que daban sabor a los granos que eran la base de su alimentación, aunque también comían carne y aves. Hay quienes sostienen que el nombre ITALIA se deriva de "Vitalia", la tierra rica en vacunos, "vítelo".
El comercio en Europa, intercambiar bienes, se propició a través de las Ferias de Champaña y otras regiones, que facilitaban que comerciantes viajaran de una parte a otra ofreciendo sus mercancías, lo que además se acentuaba con la venta de tejidos especiales, pieles, adornos, joyería, lo que formó una clase adinerada "sin título" al lado de la nobleza y, ambas, sobre los trabajadores y campesinos.
Eventualmente los comerciantes y productores de las ciudades alrededor del Mar Báltico iniciaron, a finales del siglo XII, contactos entre sí para independizarse políticamente de los reinos y comerciar libremente. La unión adoptó el nombre de HANSA y eventualmente adoptaron una alianza, que hasta el día de hoy representa un motivo de orgullo. Luebeck, al norte de Alemania, se convirtió en el núcleo central del grupo, adhiriéndose luego Bergen en Noruega, Nvorogod en Rusia, Brujas en lo que ahora es Bélgica, además de contar con un tratado con Inglaterra para comerciar libremente... Al día de hoy ciudades como Hamburgo y Bergen destacan como un título de nobleza histórica ser "ciudades hanseáticas".
El libre comercio, como fue propiciado primero con las Ferias de Champagne y luego con la HANSA, sentó los fundamentos de nuestra época, hasta el lamentable proteccionismo que está propiciando Trump, que no acepta que en la Edad del Conocimiento, de los intercambios culturales, de la interconexión hacen del proteccionismo, como lo entiende a su manera, un contrasentido, un retorno al pasado...
Ojo, ciudadanos de Ucrania y Groenlandia, ya pusieron el ojo a sus minerales
Trump, además de estar afectando las tradiciones buenas relaciones con sus dos vecinos directos, Canadá y México, no parece comprender la tragedia y significado de la agresión del criminal de guerra Putin a Ucrania, sino que también pretende hacerse con la riqueza mineral tanto de ese país mártir como de Groenlandia. Un día impone, amenaza, firma decretos, pero al otro retrocede, vuelve a amenazar, suspende, se ufana de tener el poder en sus manos, pero inmediatamente causa colapsos financieros como los de los últimos días en las bolsas, miente, niega realidades, habla grandezas de sí mismo y su gobierno, achaca a otros su impotencia para frenar el alza de precios o acusa a los inmigrantes de ser delincuentes para desviar la atención hacia ellos como los emperadores en los circos romanos con los cristianos devorados por fieras.
Mientras tanto, el mundo se queda en vilo, temiendo cuál será la siguiente ocurrencia que nos golpeará a todos.