De un plumazo el régimen destruye el derecho a la propiedad privada

Partiendo de una ley aprobada por una legislatura que cumple sin chistar lo que se le ordena desde arriba, se pretende abolir la propiedad propiciando “expropiaciones exprés” en las que el régimen decide a su antojo lo que va a compensar a sus dueños.

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Más de 33,000 personas han sido capturadas bajo el régimen de excepción, en vigencia desde el 27 de marzo anterior. Imagen de referencia. Foto EDH / Archivo

Por El Diario de Hoy

2021-12-05 9:27:42

El derecho a la propiedad es el derecho a ser libre en toda sociedad que se rige bajo la ley, lo que no solo concierne a “los grandes capitales”, sino a toda persona aunque se trate de sus modestas pertenencias, su espacio natural y vital.

La tentación totalitaria, la ceguera ante lo que acontece en los países donde la propiedad es limitada o erradicada, llena de confusión a quienes por resentimientos sociales no confesados arremeten contra los bienes ajenos, se trate de naciones como Cuba, donde “todo pertenece al Estado”, vale decir al régimen imperante, o como en el nuestro, que partiendo de una ley aprobada por una legislatura que cumple sin chistar lo que se le ordena desde arriba, pretende abolir la propiedad propiciando “expropiaciones exprés” en las que el régimen decide a su antojo lo que va a compensar a sus dueños.

En tal forma, lo que vale un bien deja de determinarse por las condiciones del mercado (como para fijar el precio de los tomates o de un pasaje aéreo) para ser lo que determina un dictador.

La desconfianza, una “ojeriza” malsana al papel de la propiedad como el factor esencial de la democracia y la libertad, puede conducir a vacías diatribas, desinformación y errados conceptos.

Como “propiedad” la mayoría de la gente entiende bienes tangibles: una vivienda, un hato, un terreno urbano, los contenidos de una bodega... Pero asimismo hay propiedad intelectual, como lo es una novela, composiciones musicales, un libro de poemas.

La autora de la saga de Harry Potter tiene una fortuna superior a la de Isabel II, como Mr. Bean es un opulento británico con sus estupendos clips humorísticos...

Con frecuencia nos enteramos de que un compositor demanda a cantantes o a grupos musicales por usar sus melodías sin autorización, de la misma forma como puede el inventor de una tecnología o de un aparato reclamar el pago de dinero por su uso, como sucedió con la demanda que planteó a fabricantes de automóviles la persona que inventó el código de barras, que actualmente se utiliza sin reconocerle nada.

La más descarada usurpación de un invento fue la de Alejandro Graham Bell, que robó la idea del teléfono al italiano Antonio Meucci, a quien tardíamente el Congreso de Estados Unidos le dedicó un monumento, dada la fundamental importancia que las comunicaciones actualmente desempeñan.

Los cinturones de seguridad de “tres puntos”, que además de cruzar la cintura protegen el torso, son un invento de la firma Volvo sueca, que de inmediato se puso a disposición de todos los fabricantes de vehículos sin cobrar nada, pues para ese consorcio salvar vidas es mucho más importante que hacer valer patentes.

Desde hace más de cuatro mil años se identifica propiedad con justicia

Los capitales que se forman en una economía libre, de mercado, siempre son resultado de servicios que se prestan, de satisfacer demandas con éxito. Un comerciante que suministra buenos servicios, que respalda lo que vende, que se ocupa de sus establecimientos, prospera más que otros menos exitosos en atender las demandas del público.

En Cuba, al no existir la propiedad privada —fuera de pequeñas parcelas que se adjudican a labriegos, que igual como se las entregan, se las quitan—, la gente depende de lo que el enloquecido régimen les concede, de la misma forma que en Norcorea.

El Orden de Derecho que ya se expone en la Estela del Rey Hammurabi desde hace más de cuatro mil años, al igual que lo formulado por los romanos, se basa en el reconocimiento de la propiedad como el factor esencial en toda sociedad civilizada...