En China han abolido la extrema pobreza… ¿qué sucede en los demás países?

Cuando y para rematar la situación un cleptodesgobierno impone medidas nocivas contra la agricultura de su país, comprando a oscuros mercaderes y a precios por encima del mercado lo que está disponible localmente, el cuadro se agrava y las penurias son más dolorosas

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El presidente de la Corte de Cuentas, Roberto Anzora, denunció que el Ministerio de Hacienda bloqueó el acceso a sus auditores. Foto/ @CortedeCuentas

Por El Diario de Hoy

2020-12-01 9:03:31

La dictadura comunista china ha logrado, se nos informa, abolir la extrema pobreza en el país, lo que no están logrando muchos grupos familiares en El Salvador principalmente a causa de la imparable robadera de ya saben nuestros lectores quiénes.
El dictador Xi Jinping se regodea de la meta alcanzada, lo que en esos momentos y a causa de lo que parece ser una viriofensiva sobre todas las naciones del mundo, está golpeando sin misericordia al resto del mundo.
En Estados Unidos, la nación que logró la mecanización de la agricultura y con ello pudo superar las hambrunas recurrentes del mundo, lo que asombró al dictador soviético Nikita Kruschev cuando visito el país en 1960, muchos estadounidenses están sufriendo problemas para conseguir alimentos, lo que ha revivido lo que caracterizó la Gran Depresión de los Años Treinta: estaciones que dispensan sopa.
La Gran Depresión, y al contrario de lo que es el mito popular, se agudizó por las políticas de Franklin Roosevelt, políticas que generaron otra depresión en 1936, lo que finalizó de golpe cuando la nación entró en guerra contra Japón y los nazis, porque puso en movimiento la industria y todos los sectores productivos del país.
El hambre golpea a países como Canadá pero es mucho más trágica en el Tercer Mundo, en vastas regiones de África, en la India, Bangladesh, Afganistán.
Nadie pasará “hambre” en Dinamarca, Noruega, Japón, Corea de Sur, aunque el hambre es horrible en Cuba y Norcorea.
Cuando y para rematar la situación un cleptodesgobierno impone medidas nocivas contra la agricultura de su propio país, comprando a oscuros mercaderes y a precios por encima del mercado lo que está disponible localmente, el cuadro se agrava y las penurias de la gente son más dolorosas, además de ser totalmente innecesarias.
Equivale a que llueva sobre mojado, a apalear a quien se ha caído….
Vaya el embajador Johnson al Hospital para de una vez callar a los críticos
La crítica situación —y dado que no se puede esperar mucho del cleptodesgobierno— obliga a las comunidades, pueblos, ciudades a unir fuerzas, ingeniárselas, para mitigar en la medida de lo posible el descalabro causado por la corrupción, el alud de desaguisados, la viriofensiva.
Cada pequeño espacio debe, cuando tal cosa pueda ser, utilizarse para plantar vegetales, zanahorias, papas, legumbres, tomates, tanto para el propio consumo como para donarlo a quienes les falta, a los de “bandera blanca”.
“Todos para uno y uno para todos”, como proclamaron Los Tres Mosqueteros y D’Artagnan en la célebre novela de Alejandro Dumas. Esto nos lleva a la donación de 38 millones de dólares de la Unión Europea al régimen, que “puede utilizarse” para reforzar el presupuesto en programas de Salud Pública, Educación y similares.
Lo probable es o que privaticen ese dinero o que se liberen obligaciones para lo mismo, “embolsárselas”, dado que ciertas mañas no se corrigen; gallina que come huevo aunque le quemen el pico no deja de hacerlo.
Puede ser que lo digamos por mal pensados, lo que nos lleva a sugerir al embajador de Estados Unidos, Ronald Douglas Johnson, que para mejor evaluar los esfuerzos del régimen a favor de la salud, pida que le lleven al Hospital El Salvador, para así callarle la boca de una vez por todas a los críticos…