Se prestan y se prestan millones, pero los controles son “muy flojos”

FUSADES ha sonado la alarma: caer en impago, “default”, no poder pagar el servicio de la deuda que ya sufre El Salvador, mil millones de dólares al año, es cada vez más probable.

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Control vehicular en medio de cuarentena domiciliar. Foto EDH / David Martínez

Por El Diario de Hoy

2020-05-12 10:27:30

La Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE) señala que el gobierno está prestando muchos millones más de lo originalmente previsto, pero que los controles sobre el gasto de ese dinero “son muy flojitos”, que dejan espacio para mover fondos de unos rubros a otros.
A esto se agrega que fondos para ciertos rubros, como la reactivación de la agricultura, aparecen en unas partidas como en otras, al mismo tiempo que hay presión para autorizar “gastos urgentes”, lo que dificulta llevar controles.
Es del caso examinar rubros como “reactivar la agricultura”: cuando el momento llegue, hay que ir a tientas, analizar cuáles son las necesidades de los agricultores, si ellos pueden por sí mismos lograrlo, si la propuesta no consistirá en nombrar comisiones que repartirían pistos y, en el proceso, “se quedarían con una parte”.
En ningún momento el gobierno habla de reducir gastos, pues pretende que los préstamos cubran los ingresos fiscales que dejan de percibirse al cerrar —temporal Dios mediante o permanentemente— una contracción que deben compartir todos los actores económicos.
Y uno de los rubros que más absorbe recursos es el pago de los más de cuarenta y tantos mil empleos creados por Funes para pagarle a los efemelenistas la merced de llevarlo al poder y proceder al saqueo de 351 millones de dólares de los salvadoreños, según la acusación que pesa sobre él en los tribunales salvadoreños.
Esos salarios deben recortarse o suprimir las plazas, pues no está el país para seguir manteniendo a una masa de activistas al servicio de un partido.
La pandemia nos obliga a todos a reducir nuestros niveles de vida, a encuarentenarnos en la medida de lo posible.
La presidenta y magistrados de la Corte de Cuentas se esfuerzan para controlar las enormes cantidades de dinero que por uno u otro concepto se mueven de un lado a otro.
La solicitud de más deuda aumenta la probabilidad de que el país experimente un deterioro de su calificación crediticia, ante el riesgo real de un eventual ‘default’ ”, advirtió FUSADES. Pues si “en arca abierta hasta el justo peca”, cuando el arca cerrada, controlada, se abre forzándola, comenzar a meter parte de su contenido en los propios bolsillos es muy de esperarse.

Al menor reparo, la mínima crítica, se enarbola el petate de la pandemia

El gobierno hace todo a su alcance para tener las llaves del gallinero, todo en grave perjuicio de las gallinas que en tales circunstancias somos los salvadoreños.
FUSADES ha sonado la alarma: caer en impago, “default”, no poder pagar el servicio de la deuda que ya sufre El Salvador, mil millones de dólares al año, es cada vez más probable. Y si eso ocurriera, el país quedaría bajo una enorme carga, afectando grandemente el nivel de vida de los pobladores, la posibilidad de ser competitivos con nuestra producción, de contar con un mínimo de calidad de los servicios, incluyendo educar a las futuras generaciones.
El lunes por la mañana renunciaron los representantes de la sociedad civil en el Comité formado para fiscalizar el gasto de los enormes presupuestos, ya que los dados se habían cargado a favor de los nombrados por el gobierno y no se permite una real verificación de los procesos, además de que continúan las denuncias de violaciones a los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad.
Con estos hechos, los salvadoreños no tienen más que pensar que el régimen está haciendo todo lo posible para impedir, estorbar y esconder sus movidas, con los fines que hasta “niños de teta” descubren, aunque no necesariamente por los incautos que respaldaban al excelentísimo.
Al menor reparo que se haga a sus propuestas y exigencias, el régimen saca el petate del coronavirus, una amenaza terrible sobre todos pero no la única.
La pandemia, se le ha advertido, no debe ser la excusa para ignorar el orden constitucional y pretender montar una dictadura.