Una estrambótica ocurrencia del izquierdista expresidente de México, López Obrador, amenaza con destruir el Orden de Derecho en México, como lo hacen ver varios organismos internacionales como la ONU, actuales jueces y asociaciones civiles, sobre una posible intromisión del Ejecutivo y del crimen organizado en los comicios.
Afortunadamente se dice que la “iniciativa” no convence a la población —como acá la minería—, pues concurrió sólo un 13% del electorado, pese a los repetidos llamados de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Para el oficialismo, sin embargo, fue un “éxito”, no solo porque la mitad de los candidatos eran considerados partidarios de Morena, sino porque la oposición llamó a la abstención, la que realmente ganó.
“Su elección judicial fue un fracaso y lo saben. Obviamente, en una elección sin conteos, sin escrutinio y sin transparencia, claro que están haciendo su ‘cochinero’”, señaló el presidente del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno, a la cadena CNN.
En tanto, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) señaló que esta elección “no puede convertirse en el nuevo modelo para futuros procesos electorales”.
En los países que se rigen por un Orden de Derecho los miembros de una Corte Suprema, judicaturas y fiscales son elegidos siguiendo precisas normas, que incluyen conocimiento de las leyes y sus fundamentos, como suelen ser el Derecho Romano codificado bajo el Emperador Romano Justiniano y las normas establecidas, entre otras, por la Carta Magna y por el mismo desarrollo del saber y lo que dicta la experiencia, además de las adaptaciones que la introducción de la tecnología y las comunicaciones vuelven necesarias, como son los Derechos de Autor.
De cómo las elecciones pueden rebasar la capacidad de la mayoría de electores, muchas de ellas personas sin conocimientos fundamentados en estudios que no se reciben en escuelas y centros de enseñanza, lo demuestra el solo hecho de que prácticamente cien millones de personas deben elegir magistrados y jueces entre centenares de candidatos sobre los cuales es casi imposible saber su historial, estudios y desempeño en la vida, tanto pública como privada, pues si una persona se presenta con una reputación pública equis, no podrán cien millones de votantes estar enterados de si tiene la maña de descuidar a sus hijos, abandonarlos (como es un vicio de tantos en nuestro país) o apalear a su pareja.
Los electores han debido elegir por primera vez 881 cargos de entre 3,422 candidatos, que incluyen la Suprema Corte, el nuevo Tribunal de Disciplina Judicial y el Tribunal Electoral.
Solo tener que leer las hojas de vida y trayectoria de los candidatos que apoye alguna agrupación que participa, rebasa el tiempo y el entendimiento de los CIEN MILLONES DE ELECTORES, lo que de por sí indica la intención tras el montaje, casi de la noche a la mañana, de todo este proceso.
Además, votar era particularmente difícil: cada ciudadano recibía entre 6 y 10 complejos tarjetones y, según estudios especializados, el votante promedio tardaría entre 10 y 15 minutos ejerciendo su derecho, se explica.
Toda persona tiene derecho a ser juzgada por jueces independientes, no vendidos
El proceso de denuncia por tratarse, como dice el refrán, de una situación que bien se describe como "en río revuelto, ganancia de pescadores", en este caso los adeptos al gobierno, que ha diseñado todo el esquema. Asimismo se presta para que el crimen organizado pueda colarse en las elecciones, dado el poder financiero que cuenta.
El esquema se presta para que cualquier grupo pueda hacerse del poder, eliminando los naturales pesos y contrapesos, a lo que se agrega un hecho de esencial importancia: cada persona que se vea envuelta en un litigio quiere que sus juzgadores sean imparciales, que no respondan a desconocidos intereses y que no inicien un juicio llevando en la bolsa la resolución final, como está sucediendo en el "gran modelo de democracia cool" en nuestro suelo…
De allí el dicho que se enarbola en todo momento: no temas la ley, teme a los jueces en cuyas manos puede estar tu destino…