Una muchachita de tres horas de nacida fue abandonada en las vísperas de Navidad en la Carretera de Oro, donde por casualidad la encontró una señora que pasaba por el lugar.
Es frecuente en nuestro victimizado país que recién nacidos sean asesinados por sus propias madres, que les cortan el cordón umbilical y luego los lanzan a fosas sépticas, pero en las últimas semanas se ha sabido de casos de niños abandonados a las puertas de una iglesia o un hospital.
Niños son recibidos amorosamente en el seno de familias, como era la costumbre entre los neandertales. El instinto básico de toda persona es amar a sus crías, ocuparse de formarlas, protegerlas hasta que puedan valerse por sí mismas.
Hay niños nacidos con deformidades y que plantean cuestionamientos morales a sus progenitores y sus familias, pero también han sido bien recibidos en sus hogares y han dado grandes sorpresas como genios u hombres y mujeres productivos y de bien.
Los romanos tenían siete días para decidir si un niño con deformidades se quedaba con ellos, o era lanzado desde un promontorio, la Roca Tarpella.
El impulso de todo padre o madre es pedir a Dios que su bebé sea normal, saludable, sonriente y aunque no sea bonito. Los hijos merecen protección, tiempo y, sobre todo, amor.
Esto nos lleva a replantear el viejo dilema: de niños que no son queridos por sus padres o éstos no pueden criarlos e inclusive buscan darlos en adopción, como de familias sin niños, que buscan cómo adoptar a niños abandonados o en riesgo.
Uno de los más famosos casos es el de Steve Jobs, el genio que inició el desarrollo de la computadora personal, hijo de inmigrantes sirios, a quien al nacer lo dieron en adopción a una familia de nivel medio, de apellido Jobs.
Se dice que Jobs como adulto nunca quiso reunirse con sus padres naturales…
No se pueden adoptar niños aquí pero las pandillas los reclutan
Pero adoptar niños en nuestro país y pese al número de criaturas abandonadas y necesitadas de amor familiar es sumamente difícil por la absurda actitud de los funcionarios que se jactan de ser anti-adopciones, por la excesiva tramitología, la escasa investigación de las familias originales de los niños y la poca importancia que le da el Estado.
Hay familias que han esperado hasta siete años y terminan renunciando, cansadas de los vaivenes del proceso.
Oficialmente los sucesivos gobiernos, o desgobiernos de la República, ponen mil obstáculos para que un niño sea adoptado, pero nada pueden hacer para evitar que una banda criminal los reclute, los esclavice y en muchos casos y después de una corta vida de infamias, los mate.
Es obvio que toda adopción es un riesgo, pero si las familias que buscan adoptar a niños son precalificadas por las autoridades de sus propios países, ese riesgo se reduce a casi cero.
Y nuestra experiencia personal no puede ser más edificante: una muchachita a quien ayudamos a ser adoptada por una familia estadounidense no puede estar mejor: destaca en su escuela, la high school del lugar, es una excelente diseñadora, toca el clarinete y la banda en la que participa obtuvo el cuarto lugar en Indiana, Estados Unidos.