EE.UU. no puede ignorar el declive de la democracia en el país

“No están sólidas (las relaciones entre Estados Unidos y El Salvador) y obviamente estamos en un momento muy complicado con el gobierno de El Salvador... Queremos la mejor relación, pero simplemente no podemos mirar a otro lado cuando hay un declive en la democracia...” (Jean Manes, Encargada de Negocios de la Embajada de EE.UU.)

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Manuel Hinds / Foto Por Archivo

Por El Diario de Hoy

2021-11-08 5:59:19

La Encargada de Negocios de Estados Unidos, Jean Manes, volvió advertir que las relaciones entre su país y El Salvador “pasan un momento complicado” debido al “declive democrático” con el régimen de Bukele.
La reacción no se ha hecho esperar y, en lugar de reflexionar y buscar el avenimiento, uno de los figurones del oficialismo se ha descompuesto en insultos y amenazas contra la diplomática.
Esto muestra que al régimen sólo le importan sus intereses económicos, el despilfarro y las compras y movimientos financieros cuestionados, apuntalar infructuosamente al bitcoin y demás ocurrencias como un hospital para mascotas en plena pandemia. No les preocupa el futuro de cientos de miles de salvadoreños en EE.UU., que pueden verse en problemas con el deterioro de las relaciones entre ambos países.
De acuerdo con las palabras de la señora Manes, Estados Unidos no puede hacerse cómplice del progresivo rompimiento del Estado de Derecho y el desmantelamiento de las instituciones de control de la democracia.
Tal como van las cosas, de bandazo en bandazo, sin que haya un rumbo racional, la nave va a encallar y todos van a ser víctimas de las tensiones del régimen con Estados Unidos, el país que es segunda patria de millones de connacionales.
La semana anterior, los veteranos de guerra exigieron la restitución de los legítimos magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y el Fiscal General y el cese de las repetidas violaciones al Orden de Derecho a manos del régimen, con una Asamblea y un poder judicial sometidos a sus caprichos.
Los excombatientes plantearon tales demandas en una manifestación en la capital, haciéndose eco de un clamor general: El Salvador no puede seguir a la deriva dependiendo de lo que a un aspirante a tirano se le ocurra, lo que pone en peligro a todos en este suelo de sufrir los peores vejámenes.
Los veteranos también exigieron la reincorporación de los más de 40,000 despedidos de las alcaldías a nivel nacional, de la Fiscalía, la Asamblea y sector justicia, así como de los jueces y magistrados que fueron jubilados por la fuerza.

Los salvadoreños venimos de donde asustan, pero este horror es inédito

La petición de los veteranos de guerra tiene un fundamento: al desmantelarse, descomponer el Orden de Leyes, toda la gente en este suelo queda expuesta a atropellos y acusaciones sin base, injustificadas.
El encarcelamiento e incomunicación a toda costa y sin base legal de varios exfuncionarios efemelenistas como del exalcalde de San Salvador, Ernesto Muyshondt, muestra la clase de lodazal en que como país hemos caído.
Pese a no tener competencia y a que dos tribunales superiores de justicia han determinado que el caso no tiene asidero legal, el oficialismo en la Asamblea pretende procesar al diputado al Parlamento Centroamericano, Norman Quijano, para que le apliquen el mismo castigo inhumano.
Los salvadoreños, en muchos sentidos, “vienen de donde asustan” pero están realizando que eso fue poco, que los sustos y los fantasmas, las Siguanabas y los Cipitíos de hoy son más aterradores que los de ayer...
Como dice el político Jorge Villacorta, la concentración de poder, el militarismo, la corrupción “es una película que hemos visto varias veces”, pero ahora ”vamos camino del autoritarismo más rápido que Nicaragua”.