Muy bien los viajes por Asia, pero debió iniciar con Centro-América

El viaje del presidente Bukele al Asia tiene importancia en muchos sentidos, pero su primer gesto en política exterior, además de sus contactos con Estados Unidos, tendría que haber sido con Guatemala, Costa Rica y Panamá

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Víctor Rafael García celebra eufórico la victoria ante FAS en la final del torneo Apertura. Foto EDH/David Martínez

Por El Diario de Hoy

2019-12-23 6:00:05

¿Cuál es la embajada más importante de los franceses en el exterior? Seguramente la de Alemania, como los alemanes nombran a sus más capaces embajadores en Francia, pues dada la frontera común y partiendo de las guerras entre ambos países a lo largo de siglos, fortalecer los vínculos es una prioridad esencial, a lo que se suma que sus dos economías son las más fuertes de Europa.

El viaje del presidente Bukele al Asia tiene importancia en muchos sentidos, pero su primer gesto en política exterior, además de sus contactos con Estados Unidos, tendría que haber sido con Guatemala, Costa Rica y Panamá, descartando Honduras y Nicaragua por la grave situación interna que agita ambos pueblos, bajo presión de la droga que produce la narcodictadura venezolana.

Las cinco naciones que integran Centro-América son nuestros más importantes aliados comerciales al lado de Estado Unidos, por lo que mantener un fluido y vigoroso entendimiento con ellos debe ser la principal prioridad política de todo gobierno salvadoreño.

Fue desafortunado que la exaltación del propio presidente y sus más cercanos allegados el primero de junio, cuando fue investido, le hizo pasar de largo frente a los presidentes centroamericanos y de otras naciones que asistieron, cuando “estar allí, hacer acto de presencia” comprobaba la buena voluntad hacia El Salvador y el deseo de fortalecer vínculos históricos y racionales, más tomando en cuenta las grotescas posturas del régimen saliente.

Hay obvias dificultades para sostener relaciones a alto nivel con el régimen hondureño, pero el comercio entre ambos países y particularmente a lo largo de la común frontera, es vigoroso; se vende, se compra, se intercambia, como sucede asimismo con Guatemala, el país con la más fuerte economía de la región después de Panamá.

Se intercambia con los vecinos, lo que ha sucedido a lo largo de la historia entre pueblos vecinos cuando no se trata de separaciones por mar, como lo que separa a China Taiwán de China Continental.

Un apreciado amigo señalaba que fue el contrabando entre países limítrofes lo que fundamentó el desarrollo económico del norte argentino, como propició a la vez prosperidad en zonas adyacentes de Brasil. Y fue gracias en gran parte al comercio que hace unos ocho mi años el Medio Oriente, el norte de la India y Egipto lograron construir sus fulgurantes civilizaciones, pasar de la Edad del Cobre a la del Bronce y luego a la del Hierro.

La vecindad obliga a actuar de manera civilizada

La vecindad, hay que reconocerlo con tristeza, con frecuencia genera conflictos, como los hubo en Centro-América con las guerras entre Guatemala y El Salvador. Pero por lo mismo se deben hacer los esfuerzos para compaginar intereses, respetar acuerdos como los que rigen la pesca.

El general don Miguel Ydígoras Fuentes, que pasó muchos años exiliado en nuestro país después de ser derrocado como presidente de Guatemala, puso el asunto en la debida perspectiva respecto a las incursiones de pesqueros mexicanos en aguas guatemaltecas: el respeto al camarón ajeno es la paz.

Hay que cuidarse de echar basura en el jardín del vecino, construir la propia casa robándole veinte o más centímetros al terreno colindante, no poner los parlantes al máximo… entenderse como personas civilizadas es lo propio.