Ludwig van Beethoven, 250 años inspirando a la humanidad

La música occidental, al igual que sus artes plásticas, es el fruto de la libertad, el rasgo esencial de nuestra civilización. Bajo los despotismos toda expresión del espíritu es vigilada y regimentada, como fueron las artes bajo el nazismo y el estalinismo

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Por El Diario de Hoy

2020-12-16 7:50:48

El mundo celebra el Doscientos Cincuenta Aniversario del nacimiento de Ludwig van Beethoven, un extraordinario creador cuyo legado musical es de los grandes patrimonios culturales de la humanidad.
Beethoven nos legó su Sinfonía Eroica (Heroica en español), su Quinta y su Sexta, la Pastoral, la Séptima, que es una apoteosis de la danza…
Beethoven marcó una nueva dirección a la música, como antes de él lo hicieron Johann Sebastian Bach y Wolfgang Amadeus Mozart, el compositor “que se comunicaba con Dios”.
La música occidental, al igual que sus artes plásticas, es el fruto de la libertad, el rasgo esencial de nuestra civilización. Bajo los despotismos toda expresión del espíritu es vigilada y regimentada, como fueron las artes bajo el nazismo y el estalinismo, al igual que actualmente en China Continental y Corea del Norte.
Las primeras composiciones de Beethoven están enmarcadas en el espíritu de sus inmediatos predecesores, principalmente Haydn.
El molde se rompe con la Sinfonía # 3, inicialmente dedicada a Napoleón Bonaparte pero que al autoproclamarse emperador rompió el corazón del compositor, que la dedicó “a la memoria de un gran hombre”…
Beethoven, nacido en Bonn, Alemania, donde se conserva la vivienda familiar; tuvo una niñez dura, en parte a causa del alcoholismo del padre, músico y que sin duda debe de haber marcado la vocación del joven, pero que le tiraba de las orejas para disciplinarlo, lo que con el tiempo le causó la sordera.
La sordera terminó por dañarle completamente el oído externo pero no el interno; Beethoven continuo componiendo hasta su muerte, asignando a cada instrumento, a los conjuntos orquestales, su parte, los compases, las escalas, la tonalidad.
La sociedad de Viena acogió a Beethoven como una persona muy valorada por sus extraordinarias dotes como artista, su grandeza, en un mundo que hasta Haydn y Mozart trataba a los músicos y compositores como empleados, dependientes a su servicio.
La sordera avanzaba rápidamente, obligando al compositor a recurrir a distintos aparatos y bocinas para oír lo que iba componiendo, hasta que su comunicación con el mundo fueron sus cartas y gestos pero esencialmente sus partituras.
De sus amores no se sabe mucho pero algunas de sus piezas para piano están dedicadas a bellas desconocidas por nosotros, como su delicada sonata “Para Elisa”.
Su más cercano pariente, a quien quiso mucho pero al que no logró hacerlo compositor, fue su sobrino, un joven que le sacaba el dinero que podía…

Su “Oda a la Alegría”, de un poema de Schiller, es el Himno Oficial de la Unión Europea

De esos años son los grandes conciertos de piano, coronados por el Número Cinco, denominado “Emperador” por su gloriosa majestad, su trío archiduque, sus cuartetos de cuerda, sus sonatas como la Kreutzer, sus oberturas como la Leonora y Egmond, sus apasionados cuartetos, que continuó componiendo casi hasta su muerte, fulgurantes composiciones de música de cámara…
Su obra más recordada, la Sinfonía # 9, la Coral, fue compuesta cuando Beethoven estaba totalmente sordo. En la premiere estaba sentado de espaldas a la audiencia y no se dio cuenta de la ovación con que fue recibida hasta que lo hicieron ver la audiencia de pie…
Para Beethoven, el instrumento musical más perfecto es la voz humana, por lo que el tema musical de la Novena lo introduce un barítono hasta alcanzar su fulgurante esplendor.
La Oda a la Alegría, de un poema de Federico Schiller, es el Himno oficial de la Unión Europea…