Muchos jóvenes creen que Dios es salvadoreño y los cuidará

La apatía de gran parte de la juventud salvadoreña fue, en una significativa medida, culpable de que alguien como Funes, el acusado del saqueo de 351 millones de dólares de todos los salvadoreños, llegara a la Presidencia ofreciendo “el cambio seguro”

descripción de la imagen
Durante su reinado Ángela Ponce fue criticada por ser una mujer transgénero. Foto EDH / Instagram

Por El Diario de Hoy

2019-09-18 6:34:14

¿Es Dios salvadoreño? La respuesta que muchos jóvenes darán es que sí, que el buen Dios se ocupará de cuidarlos, de asegurarles un buen futuro, de poner a su disposición todo lo que apetezcan. Por lo mismo, si Dios está con ellos, pueden ir por la vida sin preocuparse de nada, pues habrá diversión, bailoteos, drinks, música, chicas para los chicos y chicos para las chicas.

¿Para qué interesarse en la política, en continuar aprendiendo, en cuidar sus cuerpos y almas cuando ello es tarea que corresponde a la buena suerte, a su juventud, a los bondadosos espíritus que encaminan sus pasos para que no haya tropiezos en la ruta?

Estos muchachos se incomodan de que las obligaciones cívicas, como ir a votar, se lleven a cabo los domingos, el día obligado para ir a la playa o jugar fútbol en las canchas de la colonia. Que otros arreglen los problemas del país, piensan.

Y si se tiene que escoger entre lo uno y lo otro, pues preferible la playa o el juego o las reuniones con los amigos, que reafirman un hecho: ellos saben todo lo que se necesita saber, por lo que pueden seguir tranquilos en sus menesteres…

Pero en ese paraíso hay una serpiente escondida, escondida pero que no se debe ignorar, como el mal espíritu debajo de la cama: si Dios es salvadoreño, ¿es a Dios a quien se debe culpar por no encontrar empleo con facilidad?
Pues a lo mejor esa “pequeña dificultad” es resultado de no interesarse por la política, de no informarse de lo que los partidos proponen, de no hacerles cuerpo y cuidar de que se fortalezca el buen rumbo, más cuando es importante desmantelar el aparataje de saqueo dejado en pie por los efemelenistas para que los salvadoreños sigamos sosteniéndolos “por los siglos de los siglos”.

 

La gente pensante debe ayudar a abrir los ojos a realidades

La apatía de gran parte de la juventud salvadoreña fue, en una significativa medida, culpable de que alguien como Funes, el acusado del saqueo de 351 millones de dólares de todos los salvadoreños, llegara a la Presidencia ofreciendo “el cambio seguro” y que a tal asco de gestión siguiera alguien como Sánchez Cerén, el peor evaluado en la historia de El Salvador.

En los últimos días se ha dado a conocer la magnitud de los denunciados actos de corrupción de las argollas políticas asociadas con los tres regímenes, el de Saca, Funes y Sánchez Cerén.

La última revelación ha sido el desvío de la asistencia financiera de Europa para programas sociales como ayuda a comunidades muy pobres, para desarrollar artesanías, etcétera. Como los duartistas con el “cheque de la vergüenza”, que manipulaban tasas de cambio para embolsarse las diferencias entre cambio oficial y tasas del mercado, Funes ha sido acusado de desviar 82 millones de dólares de ayuda de la Unión Europea para sus menesteres.

Y para coronar el saqueo, el “arreglo directo” que defendió con una empresa italiana elevó a cifras astronómicas el costo de la represa El Chaparral, llamado ahora “el monumento a la corrupción efemelenista”.

No interesarse en los asuntos públicos, no informarse, no continuar capacitándose, no “salir del letargo” tiene sus graves consecuencias para todos, no solo para los millenials, centennials y demás jóvenes.

Es esencial que los que reflexionan y los “dreamers” o soñadores en nuestra sociedad contribuyan con ideas y liderazgo a superar supersticiones económicas y falsas promesas, para que el país ponga los pies sobre la tierra.